El informe divulgado este martes por la autoridad de Competencia tras un minucioso análisis de la operación concluye que la misma “no supondrá una amenaza para la competencia efectiva en los mercados de banca corporativa, banca de inversión, factoring, tarjetas, TPV, producción y distribución de seguros y gestión de fondos y planes de pensiones”.
La razón es que en dichos mercados sus cuotas resultantes “no son preocupantes o bien la adición de Bankia es reducida”, de forma que no se produce una modificación relevante de la estructura competitiva de mercado previa a la operación, y existe presión competitiva suficiente en todos ellos.
Sin embargo, el mismo análisis concluye que la operación sí “supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista”, y de la red de sucursales, para lo que establece condiciones que estarán vigentes durante un plazo de 18 meses a tres años.
La alta presencia de la futura CaixaBank en muchas localidades ha llevado al organismo a efectuar un minucioso estudio a nivel nacional, provincial e, incluso, local para identificar todos aquellos códigos postales en los que las partes solapan sus actividades a fin de averiguar cómo quedan sus cuotas de mercado y número de competidores existentes en los entornos más afectados.
Para determinar la existencia o no de competencia considera si hay o no otras sucursales o negocio bancario en un radio de 1,5 kilómetros de distancia. Y con esta medida el organismo de Competencia concluye que existen 86 códigos postales donde la futura CaixaBank quedará, bien en una situación de monopolio (será la única entidad bancaria en 21 de ellos) o de duopolio “expuesta a débil presión competitiva” (así quedan en otros 65).
“Tras comparar productos y condiciones ofrecidas en los distintos segmentos de mercado por ambas entidades y sus principales competidores, se ha concluido que la nula o reducida presión competitiva en estas zonas otorgará a la entidad resultante un elevado poder de mercado que podría influir en su comportamiento, con posibles efectos adversos para los consumidores ubicados en dichos códigos postales”, afirma su estudio.
NO ABANDONAR MUNICIPIOS CON UNA SOLA SUCURSAL
Para evitarlos, CaixaBank se ha comprometido a no abandonar ningún municipio donde actualmente esté presente uno de los dos bancos y no haya oficinas competidoras con el fin de evitar un riesgo de exclusión financiera. Solo podría cerrar locales “en supuestos excepcionales sujetos a autorización previa de la CNMC”.
En los 21 códigos postales donde detecta una situación de monopolio la CNMC exige además mantener a los clientes de Bankia “las mismas condiciones y términos que tengan actualmente suscritos en sus productos” durante un periodo de tres años. En los 65 restantes códigos postales con riesgo de competencia pero no en monopolio tendrá que ofrecer sus productos “en condiciones sustancialmente iguales o no peores a las ofrecidas por CaixaBank” en otros tres códigos postales donde cuente con mayor exposición a sus competidores. Será un compromiso con vigencia también para tres años.
De forma adicional CaixaBank se ha comprometido a “no cobrar” comisiones a los clientes procedentes de Bankia por realizar una operación en ventanilla si actualmente esta operación les resulta gratuita en los 86 códigos postales considerados problemáticos y por los mismos tres años.
Además, el nuevo banco deberá comunicar a los clientes de Bankia tanto el cierre de la operación como los posibles cambios en productos que pudieran afectarles en materia de comisiones, productos, etc. La exigencia es comunicarlo con antelación a su publicación, después de que haya aprobado el borrador de la notificación la CNMC y para aplicarlo con un plazo mínimo de 60 días en el caso de los consumidores particulares y autónomos y de 30 días para el resto de clientes.
En aquellos clientes de Bankia que cumplan el perfil para tener una cuenta social de CaixaBank, tendrán que notificarles que pueden beneficiarse de la misma y la nueva entidad tendrá que garantizarle que disfrutan de esa cuenta o un producto análogo durante el plazo que dura el compromiso con la CNMC.
RED DE CAJEROS
Otro de los focos donde Competencia ha detectado riesgos tiene que ver con una posible ruptura de los acuerdos existentes entre Bankia e ING, por un lado, y con Euro6000 y el Sabadell, por otro, para el uso de sus cajeros automáticos.
Aquí CaixaBank tendrá que ofrecer a los clientes de todas esas entidades acceso a los cajeros que eran titularidad de Bankia antes de la operación durante un período de 18 meses y en las mismas condiciones económicas previstas en los citados acuerdos o, si cierra sus cajeros, darles acceso con los mismos criterios al cajero de CaixaBank más cercano.
Por último, el nuevo grupo se ha comprometido a que donde tengan participaciones minoritarias comunes tanto CaixaBank como Bankia aplicarán las obligaciones establecidas en sus estatutos y pactos de socios en cuanto a la desinversión del porcentaje de participación del capital social que exceda del límite previsto como resultado de la operación.
Según la CNMC, todos estos compromisos son “adecuados para solucionar los problemas de competencia que presentaba la operación, en la medida en que neutralizan o mitigan los riesgos identificados”. El organismo vigilará su cumplimiento.