En su informe anual, ECRI destacó “el impacto desproporcionado de la pandemia” en los grupos más vulnerables como gitanos, inmigrantes, personas musulmanas y judías o colectivos LGTBI.
Según su máxima responsable, Maria Daniella Marouda, “resulta evidente” que la discriminación ha aumentado durante 2020, pero “ha sido por la vulnerabilidad estructural que todos estos grupos arrastraban”.
“Los confinamientos han tenido un impacto mayor en aquellos barrios más congestionados”, indicó, y las personas que viven más hacinadas estuvieron mucho más expuestas a los contagios.
Además, la destrucción de empleos afectó de forma especial a algunos colectivos, como los migrantes que trabajan en el campo de forma irregular o a la población gitana que se dedica a la venta ambulante.
También los hijos de estos colectivos “sufrieron en mayor medida el cierre de las escuelas, dado su menor acceso a Internet, agregó.
Mención especial merece el caso de los refugiados, puesto que muchos países europeos impidieron durante varios meses –casi un año en ciertos casos– la posibilidad de solicitar asilo.
PREOCUPADOS POR EL POPULISMO
Por otro lado, el informe advierte del aumento de los discursos de odio contra los musulmanes “con la excusa de la lucha antiterrorista”, así como del rechazo generalizado a los migrantes, bien por miedo al contagio, bien porque se les culpó de la introducción del virus.
Muchas personas acusaban a los ciudadanos de origen asiático al inicio de la pandemia, y “distintas teorías de la conspiración apuntaban a los judíos”, indicó el secretario ejecutivo de ECRI, Johan Friedstedt.
Finalmente, Marouda alertó del auge de los grupos ‘anti teoría de género’ y contra los derechos LGTBI en algunos países, que en parte vinculó “a las burbujas sociales creadas durante los meses de confinamiento”.
“La buena noticia es que también se han producido importantes movimientos ciudadanos en respuesta”, declaró, como las réplicas del movimiento ‘Black Lives Matters’ en toda Europa o la contestación a la reforma para prohibir el aborto en Polonia. «Lo que está claro es que cuando un líder populista pronuncia un discurso de odio, esto no es gratuito. Debemos estar atentos y combatirlo”, declaró.
PUEDE CONSULTAR EL TEXTO DEL INFORME AQUÍ