Las nuevas variantes del coronavirus serían una amenaza en una nueva ola del coronavirus, según reconoce el Ministerio de Sanidad en su último informe de Evaluación Rápida de Riesgo. Aunque las medidas actuales han contenido la expansión de las variantes más peligrosas -la sudafricana y la brasileña-, un aumento de la transmisión podría descontrolarlas.
España se blindará en Semana Santa con el cierre de autonomías, toques de queda y limitación de reuniones sociales para evitar un nuevo aumento de la incidencia del coronavirus, que se ha conseguido controlar tras una tercera ola que ha alcanzado cotas altísimas de transmisión.
El objetivo es evitar una cuarta ola que desate las nuevas variantes más amenazantes. La británica (B.1.1.7) ya circula y se expande rápidamente. “El riesgo de transmisión sin las medidas adecuadas se considera alto, aunque las medidas de prevención utilizadas hasta el momento son eficaces”, recoge el último informe de Sanidad sobre variantes.
Sin embargo, un nuevo aumento de la transmisión como consecuencia de la Semana Santa tendría un impacto “alto” ante la “asociación posible con una mayor gravedad y letalidad” de esta variante.
Recientemente, el Grupo Asesor de Amenazas de Virus Respiratorios Nuevos y Emergentes del Gobierno británico demostró que la infección por esta variante podría conllevar un aumento de la gravedad de la infección con un mayor riesgo de muerte. La letalidad, según este organismo, podría ser entre 1,07 y 2,71 veces mayor respecto a otras variantes.
No obstante, ésta no es la que más preocupa, ya que la vacuna sí parece efectiva contra la cepa británica y los casos de reinfección no son comunes.
El mayor riesgo está en las variantes sudafricana y brasileña (B.1.351 y P1), que, aunque no circulan con tanta rapidez como la británica y las medidas actuales están controlando su expansión, el riesgo “podría ser alto en caso de que la incidencia aumentase de forma considerable”. No obstante, ahora la diseminación se considera “moderada”.
Y es que hay que tener en cuenta que estas variantes -la sudafricana y la brasileña- “podrían reducir de forma significativa la efectividad de algunas vacunas”. Es decir, un descontrol de estas variantes podría tirar por tierra todos los esfuerzos en la vacunación.
La británica, en cambio, supone un riesgo por su mayor transmisión y por un posible incremento de la letalidad, pero el efecto sobre la inmunidad se considera “escaso” y sólo parece suponer una “ligera reducción de la efectividad vacunal”, según Sanidad.
Por el contrario, la variante sudafricana no sólo aumenta la transmisión, sino que muestra una “reducción de la efectividad vacunal entre moderada y alta”. De esta variante ya hay casos en casi todos los países europeos y tiene una importante presencia en Tirol (Austria).
De la brasileña, procedente de la región de Manaos, se sabe que puede estar relacionada con una mayor transmisión y que podría escapar a la respuesta inmune, aunque aún se está estudiando.
Hasta la fecha se han detectado 54 casos de la variante sudafricana e España con un caso esporádico y seis brotes. De la brasileña, por el momento, sólo hay constancia de dos casos aislados -sólo uno de ellos vinculado con Brasil- y tres brotes. Uno de los pacientes es un caso de reinfección probable.
Ante este escenario, la Comisión de Salud Pública acordó ayer que las comunidades autónomas tengan un cierre perimetral en Semana Santa, al tiempo que se limitarán las reuniones a un máximo de cuatro personas y se establecerá un toque de queda de 22.00 a 6.00 horas, aunque la Comunidad de Madrid ya ha mostrado sus reticencias, pero acatará.
(SERVIMEDIA)