El expresidente de la República Argentina, Carlos Saúl Menem, falleció este este domingo a los 90 años. El político estaba internado en la clínica Los Arcos, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde el pasado mes de diciembre. Médicos de esa institución le habían detectado una “arritmia severa” hace unas semanas atrás.
El mandatario actual del país rioplatense, Alberto Fernández, dijo a través de su cuenta de Twitter que «con profundo pesar» se enteró de la muerte de Menem, «siempre elegido en democracia, fue gobernador de La Rioja, Presidente de la Nación y Senador Nacional. En dictadura fue perseguido y encarcelado».
El gobierno nacional decretó a partir de la fecha tres días de duelo nacional por la muerte del exgobernante del Partido Justicialista.
Menem nació el 2 de julio de 1930 en el pueblo de Anillaco, en la provincia de La Rioja, en el seno de una familia de inmigrantes sirios musulmanes. Durante su juventud se convirtió al catolicismo.
En 1949 ingresó a la carrera de abogacía en la Universidad Nacional de Córdoba, donde se graduó en 1955. Poco después se incorporó al peronismo, entonces proscrito por los militares que habían derrocado en el ’55 al presidente y fundador de ese movimiento, Juan Domingo Perón.
Fue elegido por primera vez gobernador de su provincia en 1973. El golpe militar de 1976 motivó su detención en varios lugares, el último de ellos en Las Lomitas, en la provincia norteña de Formosa, donde estuvo bajo arresto domiciliario. En 1981 quedó en libertad y tras la llegada de la democracia en 1983 fue elegido nuevamente gobernador de La Rioja.
En 1988 y mediante un discurso populista obtuvo la candidatura presidencial del Frente Justicialista Popular, una coalición del Partido Justicialista (peronista) con otras fuerzas políticas. En las elecciones de mayo de 1989 fue elegido presidente con el 47% de los votos. Asumió cinco meses antes de lo previsto por la dimisión de su predecesor, Raúl Alfonsín, en medio de disturbios, saqueos y una situación económica crítica.
Tras asumir el mandato en julio de ese año, se alineó con los Estados Unidos, política que tiempo después su canciller Guido Di Tella definió como de «relaciones carnales».
Dio apertura a una etapa de reformas que incluyeron la desregulación de la economía y la privatización de empresas, especialmente de servicios públicos. Tras un período de estancamiento económico e hiperinflación, nombró como ministro de Economía a Domingo Cavallo, quien en 1991 puso en marcha una política monetaria basada en la paridad entre el peso y el dólar conocida como «convertibilidad» que contuvo la escalada de los precios, estabilizó la economía y atrajo inversiones externas.
El expresidente se había propuesto insertar a Argentina en el primer mundo. La contracara fue la desindustrialización y el crecimiento de la deuda externa con extrema pobreza.
«No sé si voy a sacar el país del problema económico, pero seguro que voy a hacer un país más divertido», dijo Menem en una ocasión. El exmandatario, al que le gustaba codearse con la farándula, recibió a estrellas internacionales en la Residencia de Olivos y Casa Rosada, como los Rolling Stones y Madonna entre otras figuras. También le gustaban los lujos y la buena vida. Durante su presidencia recibió de manos de un empresario una Ferrari roja que mostró exultante mientras aseguraba ante las cámaras: «es mía, mía y mía… ¿Por qué voy a donarla?», lo hizo frente a las críticas por recibir semejante regalo.
Amplió de cinco a nueve el número de miembros de la Corte Suprema, en la que los detractores del expresidente había una «mayoría automática» afín al gobierno, y restableció las relaciones diplomáticas con el Reino Unido, congeladas desde la guerra por la soberanía de las islas Malvinas que Argentina perdió en el año 1982.
En lo que fue considerada una traición por organismos de Derechos Humanos, Menem dispuso en 1989 y 1990 el indulto de los exjerarcas de la última dictadura militar (1976-1983) que habían sido condenados a prisión perpetua en 1985. La misma medida tomó con miembros de organizaciones guerrilleras que estaban prófugos, detenidos o condenados. Los perdones fueron rechazados por amplios sectores políticos, incluido el peronismo, y por un gran porcentaje de argentinos. Su decisión, explicó entonces, buscaba alcanzar la reconciliación nacional.
Además impulsó en 1994 una polémica reforma de la constitución que lo habilitó para buscar la reelección un año después. La estabilidad económica y monetaria, pese a que el desempleo había subido a más de 18%, le aseguraron el triunfo en las elecciones nacionales.
En 2003 buscó nuevamente alcanzar la presidencia y, si bien fue el candidato más votado en la primera vuelta, con el 24,45% de los sufragios, no se presentó al ballotage. Su decisión consagró como jefe del Poder Ejecutivo a Néstor Carlos Kirchner.
Luego el riojano se desempeñó como senador, cargo que ocupaba en la actualidad.
El expresidente afrontó distintas causas judiciales. En 2001 estuvo detenido varios meses como supuesto líder de una asociación ilícita para la venta ilegal de armas argentinas a Croacia y Ecuador en los años noventa, cuando sobre esos países pesaban embargos internacionales por un conflicto del país andino con Perú y por la guerra de los Balcanes.
Si bien fue liberado, en 2013 se convirtió en el primer expresidente de la historia democrática reciente en ser condenado por la justicia luego de que un tribunal lo castigó a siete años de prisión como coautor de contrabando agravado. Electo senador en 2005, Menem gozaba de fueros que lo protegieron de ir a la cárcel hasta este día de su muerte.
En 2018 el máximo tribunal penal del país absolvió a Menem por considerar que no se había cumplido el «principio del plazo razonable» para arribar a una condena firme. Menem también fue juzgado por el supuesto encubrimiento de los responsables del atentado a la AMIA, pero fue declarado inocente en un juicio en 2019. En 2015 fue condenado por peculado y en 2019 por la venta irregular de un predio público a la Sociedad Rural. Ambas sentencias fueron apeladas.
La vida familiar del exgobernante fue tan agitada como su carrera política. En 1966 se casó con la argentina Zulema Yoma y tuvieron dos hijos: Carlos Facundo, que murió a los 26 años al estrellarse el helicóptero que piloteaba, y Zulema María Eva. El matrimonio se disolvió en medio de un escándalo que incluyó el desalojo en 1990 de la entonces primera dama de la quinta presidencial.
En un principio Menem no acompañó las tempranas denuncias de su exesposa acerca de que la muerte de su hijo en 1995 había sido un atentado. En 2014, sin embargo, declaró como testigo ante un juez que su hijo había sido asesinado. La investigación del caso sigue en curso sin avances.
La soltería de Menem, duró hasta 2001, cuando a los 70 años se casó con la presentadora de televisión chilena y ex Miss Universo Cecilia Bolocco, que tenía 36. La pareja tuvo un hijo, Máximo. Ambos convivieron pocos años y en 2011 se divorciaron. El riojano tuvo además un hijo extramatrimonial con la maestra y después diputada peronista Martha Meza, a la que conoció cuando estuvo confinado en Formosa durante la dictadura. Carlos Nair Meza fue reconocido por Menem recién cuando el joven tenía 25 años.
En 2018 fue absuelto en la investigación por el contrabando de armas a Croacia y Ecuador. En la causa por la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero (1995), Menem había sido enviado a juicio, con fecha estimativa para este mes. A raíz de ese hecho, la Municipalidad de Río Tercero lo declaró persona no grata. En diciembre de 2015 fue condenado por peculado. En febrero de 2019 lo absolvieron en la investigación por el atentado en la sede de la Amia. En marzo de ese mismo año fue hallado culpable en la causa por la venta del Predio Ferial de Palermo a la Sociedad Rural. Muy discutido el legado de Carlos Saúl Menem permanecerá en permanente discusión y debate político y económico entre los argentinos.
