Malaguistas y zaragocistas se midieron en La Rosaleda once meses después. En aquel 8 de marzo del 2019, el estadio blanquiazul vibró con los más de 23.000 malaguistas que acudieron a animar a su equipo. Una ferviente hinchada que dio un espectáculo maravilloso, sin saber que ese sería el último encuentro que iba a presenciar en vivo antes de un parón del que todavía no vemos final.
El Club planteó a sus aficionados inundar las RRSS con sus imágenes en el estadio y el malaguismo respondió. Así, se convirtiendo la previa del encuentro en un bonito homenaje a esa grada hoy vacía, pero que aguarda con esperanza volver a retumbar por los cuatro costados.
En cuanto al juego, ambos conjuntos buscaron controlar el ritmo del juego en la zona ancha. Todo hacía pensar que las escuadras imprimirían mayor peligro con el pasar de los minutos, pero el Real Zaragoza se adelantó pronto. Igbekeme cabeceó una asistencia de Narváez en el área pequeña para firmar el 0-1 en el minuto 11.
Los de Pellicer encajaron el golpe y se empecinaron en buscar la igualada. Yanis (17’ y 26’), Alexander González (28’) y Caye (33’) estuvieron muy cerca de lograrlo, pero la zaga rival o la mala suerte se impusieron entre los blanquiazules y el gol. Con los locales merodeando en área contraría, el Real Zaragoza logró multiplicar su ventaja al filo del descanso. Vigaray, de nuevo con la testa, superó a Juan Soriano con un remate ajustadísimo ante el que poco pudo hacer el cancerbero malaguista (45’). Con el 2-0 se llegó al descanso.
Tras el descanso, el Málaga volvió a jugar completamente volcado en ataque. Las ocasiones se sucedieron en cascada; Yanis y Chavarría se repartieron las más peligrosas durante un gran tramo de la segunda parte, pero ninguno logró perforar la potería del Zaragoza.
Fue Luis Muñoz el que, con un impresionante disparo desde fuera del área, recortó distancias en el electrónico. El centrocampista envió un obús, potente y muy ajustado, que reventó las mayas entrando por la misma escuadra del arco (82’).
El tanto multiplicó la motivación de los malaguistas, pero no obraron la remontada y, finalmente, el 1-2 se convirtió en definitivo.
Balance
“Es una rutina que tenemos que cambiar. Estamos tristes porque teníamos mucha ilusión. Hay que felicitar al rival porque ha sido más contundente en las áreas. En el resto del campo, el equipo ha sido mejor. Pero el resultado es lo que importa. Se han adelantado en el minuto 11, antes habíamos tenido la acción de Yanis. El equipo ha tenido opciones en la primera parte, la actitud ha sido innegociable. En la segunda parte, contra corriente, el equipo ha seguido dando la cara. Lo hemos intentado de todas las maneras. Fuera de casa tenemos menos opciones y conseguimos una victoria o algún botín más. Tenemos que volver a resetearnos. El domingo tenemos otro partido de alto voltaje, contra el último equipo con el que conseguimos la victoria en nuestro estadio. Jugar en La Rosaleda nos está golpeando. Tenemos que limpiar la mente, recomponernos y mirar hacia adelante. Queda un largo trayecto”.
Situación como local
“Con muy poco nos están penalizando. Hemos empezado bien en el partido, pero el primer acercamiento del rival ha sido gol. El equipo se ha sabido recomponer. Nos ha faltado conseguir un gol. La última acción del balón parado nos ha golpeado. Era injusto por los méritos de los dos. Jugar de local crea ansiedad, fuera de casa estamos más sueltos. En casa tenemos que mejorar muchísimo. Tenemos que abstraernos de todo. Nos queda un largo trayecto. El primer paso es el Sporting, luego vendrán aquí rivales de gran entidad. tenemos que estar al 150%, vamos a necesitar a todos y mantener un equilibrio”.