Tras los picos de enero, Estados Unidos continuó esta semana con un descenso sustancial de los nuevos casos de coronavirus, aunque los expertos descartaron que sea un efecto de la campaña de vacunación iniciada a fines de diciembre, informaron medios estadounidenses.
«La disminución del número de casos no se puede atribuir a la vacuna contra la Covid-19 ya que ni siquiera una décima parte de la población estadounidense ha sido vacunada», señaló hoy Wafaa El-Sadr, profesor de epidemiología y medicina en la Universidad de Columbia, según el diario USA Today.
La campaña de inmunización contra el coronavirus, iniciada a mediados de diciembre, se ha acelerado esta última semana, con un promedio de 1,3 millones de vacunados pese a las adversidades climáticas, luego de que una tormenta de nieve cerrara temporalmente algunos sitios en el noreste del país.
Sin embargo, los expertos opinan que aún es pronto para comenzar a ver sus efectos en el conjunto de la población.
«La disminución de los casos probablemente se deba a una depresión natural después de que los viajes récord seguidos de reuniones en interiores durante las vacaciones desencadenaran un aumento en las infecciones», explicó, por su parte, la doctora Sarita Shah, profesora asociada de la Escuela de Salud Pública Rollins de la Universidad de Emory.
Tras el máximo de 314.093 contagios diarios del pasado 8 de enero, el país inició una tendencia a la baja de las nuevas infecciones, que ayer alcanzaron los 130.261 positivos, según el último reporte oficial.
No obstante, los ingresos hospitalarios y la cifra de muertes, con 3.553 en la víspera, siguen siendo muy elevadas para el sistema de salud.
De momento, las autoridades optaron por la prudencia, dada a la mayor proliferación de las nuevas variantes más contagiosas del virus en el país, que amenazan con revertir este descenso.
«Aunque hemos visto disminuciones en los casos y las admisiones y una reciente desaceleración de las muertes, los casos siguen siendo extraordinariamente altos, aún el doble del número máximo de casos durante el verano», dijo esta semana la doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Además, el diario New York Times alertó que este domingo habrá otra cita que convoque a contagios masivos: la final del Super Bowl del fútbol americano entre Tampa Bay Buccaners y Kansas City Chiefs, que será vista por televisión por millones de estadounidenses dentro de sus casas.
«Este fin de semana trae otro feriado importante, incluso si no es oficial: el domingo del Super Bowl», consignó el tradicional medio.
«Las encuestas muestran que un número significativo de personas planea asistir a fiestas. Dos encuestas separadas, una de la Universidad de Seton Hall y otra de la Federación Nacional de Minoristas, encontraron que casi el 30 por ciento de los adultos dijeron que asistirían a una reunión en la casa de alguien o verían el juego en un restaurante o bar», añadió el reporte.
Para el NYT, «las fiestas del Super Bowl suelen ser en interiores y pueden involucrar a más hogares que una comida festiva. El juego de este año también está sucediendo cuando han comenzado a propagarse nuevas variantes contagiosas del virus».
Con más de 26,8 millones de casos y 461.000 decesos, Estados Unidos es el país con mayor número absoluto de infectados y fallecidos por Covid-19 en el mundo.