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martes, noviembre 26, 2024

Por la agricultura intensiva peligra el agua en Doñana

Según un estudio realizado en la estación biológica de ese parque nacional, la calidad del agua en Doñana peligra por la agricultura intensiva

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Los ecosistemas del Parque Nacional de Doñana están seriamente amenazados por un fenómeno denominado eutrofización, causado por un aporte excesivo de nutrientes en el agua que empeora la calidad de ésta por la agricultura intensiva y el pobre tratamiento de las aguas residuales, lo que favorece la proliferación descontrolada de microorganismos y la dominancia de unas especies de plantas acuáticas sobre otras.

Así se explica en un estudio que forma parte de la tesis doctoral de Irene Paredes y fue llevado a cabo en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC). El trabajo está publicado en la revista ‘Wetlands Ecology and Management’.

Hasta el momento, la escasa disponibilidad de datos históricos sobre la calidad del agua había dificultado un análisis detallado de este proceso de eutrofización en Doñana.

Entre 2001 y 2004, Doñana sufrió una mortandad masiva de animales provocada por cianobacterias tóxicas. Desde 2001, el aumento de fosfatos en el agua está ocasionando la expansión del helecho invasor ‘Azolla filiculoides’, que el hábitat de otras especies vegetales.

El estudio se basa en una variación espacio-temporal de la concentración de nutrientes (nitrógeno y fósforo) en las aguas superficiales de la marisma de Doñana y sus principales arroyos vertientes.

«Aunque la eutrofización es un proceso natural, cuando el exceso de nutrientes (nitrógeno y fósforo) proviene de actividades humanas se puede considerar una perturbación antrópica y, por lo tanto, un problema de calidad del agua que requiere de medidas de gestión adecuadas para reducirlo o eliminarlo», apunta Paredes.

Durante la investigación se tomaron medidas de algunos de los indicadores físico-químicos, biológicos e hidrológicos más relevantes para el estudio de la eutrofización (concentración de nitrógeno y fósforo, clorofila-a del fitoplancton, conductividad, profundidad, caudal), en 56 puntos de muestreo diferentes durante múltiples muestreos de campo consecutivos entre 2013 y 2016.

Los resultados principales muestran que el arroyo del Partido, uno de los principales afluentes a la marisma y en cuya cuenca vertiente hay una gran actividad humana, es el que tiene, con diferencia, los valores más altos de concentraciones de nutrientes.

MUCHOS NUTRIENTES

En general, las concentraciones de nutrientes observadas en los arroyos fueron consistentemente superiores que en la marisma. «El hecho de que las concentraciones de nutrientes observadas en los arroyos sean superiores que en la marisma tiene una relación directa con la proliferación de cultivos bajo plástico en los alrededores de Doñana durante las últimas décadas», recalca Paredes.

El equipo también detectó, mediante técnicas de teledetección, que el área cubierta por invernaderos en las cuencas vertientes a la marisma de Doñana había aumentado un 487% desde 1995 hasta 2016. «Los abonos están contaminando los arroyos, pero también lo están haciendo las aguas residuales de la población humana que reside en los alrededores de Doñana porque una parte importante de esos aportes no están siendo tratados adecuadamente, incluyendo aquellos derivados de las personas que trabajan y viven temporalmente en los mismos cultivos», añade Paredes.

Las conclusiones indican que la evolución futura del proceso de eutrofización en la marisma de Doñana y sus cuencas vertientes seguirá en aumento si no se toman medidas adecuadas y urgentes para reducir el impacto de las presiones humanas y la competencia por los recursos hídricos. «Hay tramos de los arroyos que están demasiado contaminados para permitir la supervivencia de peces y otra fauna, y la marisma está funcionando como un filtro verde para depurar estas aguas», indica Paredes.

En un contexto de cambio climático, donde las tendencias apuntan a una disminución de las precipitaciones y aumento de las temperaturas en la región Mediterránea, se espera que la presión ocasionada por las actividades humanas continúe acentuando los procesos locales de eutrofización.

La reducción y control de la eutrofización en este espacio natural requeriría, por un lado, de una mejora urgente de la gestión ambiental y de los recursos hídricos, que, además, tenga en cuenta los impactos potenciales del cambio climático y, por otro lado, de un cambio del modelo socio-económico actual a otro más sostenible para la conservación de la biodiversidad y funcionalidad del emblemático humedal de Doñana.

(SERVIMEDIA)

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