“Anna Karenina” (Leon Tólstoi), novela de prosa maravillosa que encandila a todo el que se acerque a ella y cuya peligrosa crítica social puso en peligro su publicación.
Fue publicada originalmente como folletín en una famosa revista literaria: “El mensajero ruso”, pero por diferencias entre editor y autor, no fue publicada como novela completa hasta 1877. Más de dos siglos después, aún seguimos hablando de ella.
Es tan conocida la historia de esta mujer, bien casada y con un hijo, que mantiene una relación extramatrimonial con un joven soldado, que me atrevo a pronosticar que muchos conocen su final sin haber empezado su lectura.
Narra desde diferentes perspectivas lo que se conoce como adulterio. Así, se plantea como algo negativo cuando a una mujer casada vincula, pero como algo lógico y necesario cuando es un hombre el que lo comete.
Anna entra en escena como un ángel salvador que llega para apaciguar a su cuñada, una mujer que pretende divorciarse de su marido por sus continuas infidelidades. Cuando consigue frenarla, todo el mundo aplaude su generosidad y buen hacer, porque, al fin y al cabo, ha evitado el escándalo que supondría que una mujer deje a su marido por esa “nimiedad de echar una cana al aire de vez en cuando”. Esta introducción del personaje nos permitirá, más adelante ver lo absurdo e hipócrita que puede llegar a ser la sociedad cuando es Anna la que comete el adulterio.
“No sólo existe el orgullo de la inteligencia, sino la estupidez de la inteligencia. Pero lo peor es la malicia… eso, la malicia del espíritu, la truhanería del espíritu.”
Durante toda la lectura Tolstoi deja claro que cuando, en su sociedad, un hombre mantiene relaciones con una mujer, casada o soltera, se le alaba, porque demuestra su “hombría”. Por ejemplo, la madre de Wronsky (amante de Anna) se siente orgullosa de su hijo por haber conquistado a la esposa de un Conde, pero a la vez critica el papel de Anna por ser débil, y no haber sido capaz de lograr que su matrimonio funcione.
Cuando Anna y Wronsky son libres para disfrutar de su amor y viajan a Europa ella es criticada, apartada y señalada por lo que ha hecho, mientras que su amante, es invitado a fiestas y felicitado por lo que ha conseguido, viendo su carrera militar incluso beneficiada.
Pero no solo Anna sufre en esta trama: su marido, que forma parte de la sociedad a la que no le gustan los cambios, prefiere mantener las apariencias. Él también es una víctima y creo que no se le hace justicia. Y el propio Wronsky tendrá que enfrentarse y aceptar las decisiones que otros toman por él, sin que pueda hacer nada en contra.
Pero la crítica social no solo queda en el tema del matrimonio o el papel de la mujer en la sociedad. Va intercalando las vicisitudes de la pareja con las de otros personajes igual de importantes en la obra: Levin y Kitty.
A ellos les reserva la parte en la que, magistralmente, compara la vida de la sociedad en la capital con la rural. Levin es un hombre dedicado al trabajo y a sus trabajadores, mientras Kitty es una joven educada en un entorno elitista que debe adaptarse a su nueva vida entre tierras, cultivos y animales.
La belleza de esta parte queda un poco deslucida por el avance de la aventura de la mujer que da título al libro.
“Antes de nuestra relación íbamos al encuentro el uno del otro, pero ahora avanzamos inevitablemente en direcciones opuestas.”
Quizás algún día abra el libro y encuentre otro final. No necesito que Ana este aún más empoderada, ni que la sociedad la acepte como igual frente a los hombres de su vida, solo necesito que vea que tiene otras opciones.
Sobre el autor
León Tolstói (Yasnaia Poliana, 1828 – Astapovo, 1910) Escritor y reformador ruso. Junto con Fiódor Dostoievski, es el más destacado representante de la novela realista en Rusia.
Para más información sobre Tolstoi y su obra puedes visitar su web oficial en el siguiente enlace: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/t/tolstoi.htm
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