A solo nueve días del traspaso de mando presidencial, la bancada demócrata de la Cámara Baja del Congreso de Estados Unidos presentó una acusación de «incitación a la insurrección» contra el presidente saliente Donald Trump para que el Senado le inicie un segundo juicio político por el violento asalto de sus partidarios al Capitolio del miércoles pasado.
La tensión es tal en Estados Unidos que la alcaldesa de Washington instó a los estadounidenses a evitar una histórica tradición nacional y no viajar a la ciudad para acompañar a la ceremonia de investidura del presidente electo Joe Biden y a seguir el evento por la televisión o las redes sociales, pese a que la Guardia Nacional ya anunció el despliegue de 15.000 de sus miembros para evitar cualquier nuevo acto de violencia.
Pero esta garantía no parece alcanzar para calmar el temor que sobrevuela el país ya que el FBI alertó en su boletín, según recogió el canal de noticias ABC, que se están preparando protestas pro Trump en los 50 estados y la capital entre el domingo próximo y el miércoles 20 de la asunción presidencial.
Al panorama de incertidumbre y de advertencias, se sumó la renuncia de Chad Wolf, el secretario de Seguridad Interior en funciones de Estados Unidos y el hombre a cargo de las fuerzas de seguridad federales, según una carta difundida por los canales CNN y CNBC.
Se trata del tercer miembro del gabinete de Trump que renuncia tras el ataque del Capitolio y Wolf había pedido públicamente que el presidente condenara ese atentado la semana pasada.
Las principales redes sociales y plataformas de aplicaciones de comunicación utilizadas en el país, en tanto, continuaron aislando los espacios utilizados por Trump y sus seguidores para evitar nuevas convocatorias masivas.
Tras la suspensión de las cuentas del mandatario en Twitter, Facebook e Instagram, la red social utilizada por sus simpatizantes, Parler, fue desactivada de internet, luego de ser removida de las plataformas de descargas de aplicaciones de Google y Apple, y de ser removida de los servidores de Amazon.
En medio de este clima de incertidumbre, miedo y tensión, la oposición, que en apenas nueve días se convertirá en oficialismo, presentó una acusación contra Trump en la Cámara de Representantes, apenas minutos después de que la bancada republicana bloqueara una resolución que pedía que el vicepresidente Mike Pence destituyera a Trump invocando la 25 enmienda de la Constitución, que le da esa autoridad, informó el canal CNN.
Tras la violencia del miércoles pasado en el Capitolio a manos de seguidores de Trump, el plan de la Cámara Baja, dominada por la oposición demócrata, era debatir y votar mañana una resolución impulsada por su presidenta, Nancy Pelosi, para pedirle a Pence que invoque la 25a enmienda de la Constitución.
Cuando ese intento fue bloqueado por los republicanos, los demócratas pasaron al plan B: presentar cargos para abrirle un segundo juicio político a Trump.
«Los republicanos de la cámara rechazaron esta legislación para proteger a Estados Unidos, permitiendo que continúen los trastornados, perturbados e inestables actos de sedición del presidente. Su complicidad pone en peligro a Estados Unidos, erosiona nuestra democracia y debe terminar», aseguró Pelosi en un comunicado, luego de anunciar que habían dado el primer paso para abrir un segundo proceso de juicio político a Trump.
La acusación, que la mayoría demócrata de la Cámara Baja tratará de votar esta misma semana, según versiones periodísticas quizás el miércoles, hace referencia a las repetidas denuncias falsas de Trump de fraude en las elecciones del año pasado y al discurso que dio a sus partidarios el 6 de enero incitándolos a marchar al Congreso.
La acusación también menciona una llamada que Trump hizo a la máxima autoridad electoral de Georgia en la que le pidió «encontrar» suficientes votos a su favor como para revertir su derrota frente a Biden en las elecciones del 3 de noviembre pasado en ese estado del sur del país.
«En todo esto, el presidente Trump puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de Gobierno», prosigue el texto.
Al apoyar la acusación, Pelosi explicó por qué era necesario presentarla ahora, a solo nueve días de la asunción de Biden: «El presidente representa una amenaza inminente para nuestra Constitución, nuestro país y el pueblo estadounidense, y debe ser destituido del cargo inmediatamente», según la agencia de noticias AFP.
Aislado en la Casa Blanca, abandonado por varios de sus ministros y distanciado de Pence, Trump no da, sin embargo, ninguna señal de estar pensando en renunciar, según consejeros citados por la prensa estadounidense.
Trump ya fue sometido a un juicio político en el Congreso.
Dominada por la mayoría demócrata, la Cámara de Representantes lo acusó de presionar al Gobierno de Ucrania para que investigara a Biden en diciembre de 2019.
En un proceso rápido y que nunca tuvo chances de triunfar, fue absuelto por el Senado, de mayoría republicana a inicios de 2020.
A diferencia de ese juicio político, esta vez los tiempos serán más rápidos y se espera que no haya una larga investigación ni extensas audiencias públicas con testigos. Solo así la Cámara Baja podría aprobar la acusación esta misma semana, como se propone Pelosi y la bancada demócrata.
Sin embargo, nuevamente, nada indica que tengan los votos en el Senado para alcanzar la mayoría especial que necesitan para destituir el presidente y, mucho menos, hacerlo antes del miércoles 20 que entrega el poder.
Biden, que hasta ahora no se había pronunciado sobre la posibilidad de un juicio político, aseguró que tiene tanto «esperanza y expectativa» por esa iniciativa, aunque aclaró que espera que no sea una excusa para que el Senado no avance en la ratificación de sus nominados para formar el próximo gabinete o en su prometido nuevo paquete de ayuda económica por la pandemia.
La mayoría de los analistas pronostican que los demócratas quieren un voto simbólico en la cámara que controlan para asestar un último golpe político a Trump antes del fin de su mandato: convertirlo en el primer presidente de la historia del país en ser acusado en un juicio político dos veces.