«Crónica De Una Putada Colosal» (2020, Editorial Torre De Lis) es un diario escrito por el periodista Julián Redondo desde el día 1 del confinamiento, que vivimos en marzo de 2020 en España a causa de la Covid-19. Su lectura resulta ser una experiencia tántrica.
La cronica comienza con un breve y maravilloso prólogo del director de cine José Luis Garci (como olvidar esa maestria de “El crack”, protagonizada en 1981 por el inigualable Don Alfredo Landa o la ganadora del Oscar a mejor película extranjera en 1982 “Volver a empezar”). Me emociono con ese prólogo que escribe desde nuestra Málaga, donde permanece confinado en el momento de presentar la obra.
El autor escribe desde el corazón y el más puro sentimiento, desde el desasosiego al temor, desde la alegría por una video-llamada a la pena por no poder abrazar a quién acabar de ver a través de un teléfono. Utiliza el diario como un desahogo ante lo que está viviend, y se nota.
“Ella se encuentra a salvo, protegida en la residencia e imagina, en un acto de introspección inmaculada, que a nosotros tampoco nos falta de nada”
Cada día que se sienta ante el ordenador la frustración va en aumento, tanto que, a veces, traspasa las páginas y se queda flotando en el ambiente.
Es fácil identificarse con las etapas a las que va llegando, con los sentimientos que van surgiendo a medida que avanzan los días confinados y la incertidumbre aumenta: miedo ante lo desconocido, ante el número de fallecidos, ante el parón de toda actividad.
Sus preguntas fueron las de muchos de nosotros: ¿qué está pasando?, ¿cuándo acabará esto? , ¿por qué estamos así?, ¿qué significan esos datos que no paran de repetir en la televisión?
Si bien es cierto que cada uno vivimos esos momentos de forma diferente, el sentimiento general de desconcierto y sufrimiento lo hemos tenido todos.
Entremezcladas con sus vivencias personales también hace un repaso, desde su ideología, a la situación política y a las soluciones que se van planteando desde el Gobierno Central y desde las Comunidades Autónomas para hacer frente a la pandemia.
“Los sanitarios no se fían, no bajan la guardia, `por eso temen el repunte, «brote como consecuencia de que ahora la gente salga en tropel de ocho a once a hacer deporte»”
Puede que al leer la crónica de esa putada colosal que supone este virus encuentres diferencias ideológicas con el autor, pero que eso no te impida seguir leyendo. Lo diferente es lo que nos hace únicos. Conocer la opinión de otros, su punto de vista, nos enseña diferentes perspectivas y nos sirve para conocernos a nosotros mismos.
La que escribe esta reseña no es persona dada a dejar de leer una obra realizada por alguien de pensamiento diferente. El respeto hacia la obra va por delante, y la calidad literaria también; por eso ante este diario escrito por un miembro del jurado del Princesa de Asturias del Deporte, yo me siento satisfecha y aplaudo el trabajo realizado.
Un diario necesario que más de uno debimos llevar a cabo para poder comprobar cómo hemos cambiado y dejar constancia del recuerdo colectivo sobre un año donde hemos aprendido nuestra fortaleza y donde hemos perdido mucho.
Una lectura que abre miras hacia fuera y hacia uno mismo.
Emocionante la despedida que hace a Pau Donés, que me hace pensar en esa canción que dice “que el fin del mundo te pille bailando”.
Sobre el autor
Julián Redondo (Madrid, 1954) es presidente de la Asociación Española de la Prensa Deportiva, profesor del Máster de Periodismo Deportivo de la universidad Católica de Murcia, Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo, autor de la Enciclopedia Universal del Ciclismo, miembro de la Asamblea del Comité Olímpico Español y de la Asamblea del Comité Paralímpico Español, patrono de la Fundación de LaLiga y tertuliano en programas como Estudio Estadio de TVE.