- Un trabajador polivalente, que eleva las atribuciones del conserje a pequeños arreglos, soluciones rápidas o limpieza, entre otras acciones
- También otorga seguridad y control a los vecinos de la comunidad
- Servihogar Málaga ofrece dicho servicio de forma individual o en equipo, en planes personalizados para todo tipo de comunidades de propietarios, en función de número de horas o tareas
La imagen de un conserje en un mostrador de un portal, o bien en una garita de una urbanización es histórica en nuestras comunidades de vecinos o recintos residenciales. Los tiempos cambian y, aunque se mantenga dicho rol, Servihogar lo reconvierte y refuerza en la figura del mantenedor para mejorar las comunidades.
Un trabajador polivalente, que eleva las atribuciones siempre positivas del conserje a pequeños arreglos, soluciones rápidas o limpieza, entre otras acciones. Es decir, a la amabilidad, control, seguridad y protección que siempre ha ofrecido el tradicional conserje, el mantenedor lo implementa con pequeñas reparaciones en distintas instalaciones, comprobación y sustitución de red de alumbrado, supervisión de equipos para detectar anomalías o averías; o bien, el control de las empresas que se encargan del mantenimiento o las reformas de otros ámbitos de la comunidad, entre otras muchas tareas.
Una persona que inspire la confianza de la calidad de los servicios que ofrece Servihogar Málaga. Una firma especializada en el mantenimiento de comunidades y que conoce perfectamente la idiosincracia de un espacio compartido por vecinos. De la dilatada experiencia en tareas de limpieza, reparaciones, reformas, mantenimiento de puertas, grupos de presión, antenas colectivas o porteros electrónicas; se erige esta figura del mantenedor que vela por el buen funcionamiento de estos ámbitos y se pone al servicio de aquellas incidencias que puedan surgir a diario en el contexto de una comunidad de propietarios. Se podría decir que el mantenedor conserva y personifca el espíritu de la convivencia cívica en una comunidad, con la experiencia y trayectoria en el sector de una empresa como Servihogar.
Las atribuciones de un mantenedor se pueden además adaptar a las necesidades específicas de una u otra comunidad. Como las familias y las personas, las comunidades son muy diferentes y se pueden adecuar los planes de acción en función de dichas necesidades. En primer lugar, si son permanentes o puntuales, en segundo lugar si son de supervisión o de implicación; y además, integrándose en la dinámica diaria de dicha comunidad. Es decir, aplicar labores de limpieza o no, determinando la frecuencia en función de la extensión de las instalaciones; plantear labores de jardinería si los espacios los requieren; de mantenimiento de piscina aumentando o bajando la carga de trabajo en función de la época del año o la supervisión y acompañamiento a las revisiones y tareas de mantenimiento de otras empresas especializadas que pasen por la comunidad.
En definitiva, personalizar la experiencia en una persona que trabaje sobre el terreno hasta el más mínimo detalle para lograr un buen funcionamiento de todos los aspectos que se tratan en una comunidad. Ese rol lo representa de la mejor forma posible en los tiempos actuales la figura del mantenedor, y empresas como Servihogar le dotan de experiencia, calidad y trayectoria para hacerlo un servicio imprescindible hoy en día en los espacios de vecinos.