Con la pandemia mundial de COVID-19, muchas personas están luchando, consumidas por la ansiedad y el estrés, y no podemos dormir ni concentrarnos.
Como psicopedagoga de Centro Te Motivan, no podemos ser ajenas a esta realidad y todo este estrés se transmite y visualiza en nuestros hijos/as como si de un espejo se tratase. Este impacto de la pandemia en la salud mental de los niños /as, adolescentes y jóvenes se ha de gestionar. Algunos menores temen que ellos/as o sus familiares contraigan el virus y es que estas variables son factores estresantes de la vida muy real.
Multitud de investigaciones han estudiado las consecuencias del estrés crónico en la infancia. Pero simultáneamente la psicología y pedagogía han identificado formas en las que los padres y madres enseñan a sus hijos/as cómo afrontar la adversidad, una idea comúnmente conocida como RESILIENCIA.
No se puede proteger a los niños/as de todo: Por ejemplo. los padres se divorcian, los niños/as crecen en la pobreza, . las amistades o familiares se lesionan, enferman o mueren. Los niños/as pueden sufrir negligencia, abuso físico o emocional o intimidación, etc. Por tanto, puede haber consecuencias a largo plazo. Las dificultades en la niñez pueden alterar físicamente la arquitectura del cerebro de un niño/a en desarrollo. Puede afectar el desarrollo cognitivo y socioemocional, afectando al aprendizaje, procesos psicológicos básicos como la memoria, percepción, atención y la toma de decisiones etc.
Algunos niños/as desarrollan problemas emocionales, se comportan de manera agresiva o perturbadora, forman relaciones poco saludables o terminan en problemas. El rendimiento escolar a menudo se ve afectado, lo que en última instancia limita las oportunidades laborales. Los niños/as que están expuestos al estrés crónico también pueden desarrollar problemas de salud.
Entonces, ¿Cómo algunos niños/as prosperan y otros no? ¿Se puede ayudar a prosperar y fomentar a algunos niños/as en medio de desafíos serios? Las investigaciones están trabajando para identificar qué ayuda a los niños/as a superar los obstáculos y prosperar cuando las probabilidades están en su contra.
Parece que se reduce tanto al apoyo como a la capacidad de recuperación. La resiliencia se define como la capacidad de retroceder, recuperarse o recuperarse fácilmente de la adversidad. Es una cualidad que permite a las personas ser competentes y exitosas a pesar de circunstancias difíciles. A algunos niños/as de entornos difíciles les va bien desde pequeños. Otros florecen más tarde y encuentran su camino una vez que alcanzan Y es que al parecer la resiliencia se puede fomentar.
Cómo fomentar la resiliencia en casa
Hay muchas formas en que los padres pueden ayudar a sus hijos a desarrollar la resiliencia
- Permitir que los niños hablen, y escuchar activamente, así como realmente mostrar cariño y aceptación, valida sus sentimientos y les ayuda a contextualizar los problemas.
- A veces, la respuesta es darles a los niños/as cierto grado de autonomía.
- Confiar en ellos para que intenten cosas por sí mismos/as, e incluso fracasen, puede ayudarlos a aprender a resolver problemas o lidiar con la ira, la decepción u otras emociones incómodas.
- Las intervenciones psicopedagógicas pueden ayudar a reducir los riesgos mientras ayudan a los niños/as a desarrollar su resiliencia. Las sesiones de “aprendizaje social y emocional” son una gran fuente de aprendizaje de resiliencia. NO solo se adquiere esta competencia si no que también favorece el comprender y manejar sus sentimientos, desarrollar empatía por los demás, tomar decisiones responsables y resolver problemas.
En definitiva, atender y ayudar a los niños/as a desarrollar resiliencia es particularmente relevante en la actualidad. Las familias, en concreto padres y madres también deben cuidar su salud mental y la de sus hijos /as para brindarles el mejor apoyo.
Rocío Gómez Carrillo Psicopedagoga Dirección
Centro Te Motivan