El estudio en remoto se está convirtiendo en toda una costumbre. Tanto universidades como escuelas e institutos están apostando por esta modalidad de enseñanza, normalmente a tiempo parcial, para garantizar la seguridad de los estudiantes a la vez que se avanza en su formación. Un cambio necesario dado el contexto en el que vivimos, pero que también exige cambiar ciertas cosas de casa.
Y la primera de ellas es la silla para estudiar. Ya de por sí, siempre es aconsejable comprar un buen asiento para el joven estudiante; pero, ahora que se van a pasar más hora que nunca en la habitación, es más aconsejable todavía comprar algo adecuado. Aquí te vamos a ayudar a dar con la silla para estudiar perfecta.
En busca de la silla perfecta para estudiar en casa
Hay muchos factores que se deben tener en cuenta cuando se va a comprar una silla para el estudio. Lo primero es que tanto las dimensiones como el peso importan, ya que influyen en la cantidad de espacio que ocupará. Eso es importantísimo, de hecho se debe tener en cuenta junto al espacio de la zona de estudio, del escritorio y de toda la sala que se vaya a dedicar al estudio.
¿Por qué? Para empezar, porque estudiar en un lugar en el que apenas hay sitio resulta incómodo y, a la larga, acaba provocando que la persona en cuestión se agobie y no pueda centrarse en su tarea. Si apenas hay espacio para el movimiento, si todo se «echa encima» del estudiante, este nunca podrá centrarse y apenas podrá pasar tiempo estudiando.
Ahora bien, junto a eso, también es muy importante ir en busca de una buena silla ergonómica. ¿Y qué es eso? Pues justo lo que vamos a explicar a continuación para disipar cualquier atisbo de duda.
¿Qué es una silla ergonómica?
Una silla ergonómica, o asiento ergonómico, es toda aquella que cuenta con opciones de regulación en función de las características de la persona que se va a sentar en ella. Su diseño debe adaptarse a las formas del cuerpo del estudiante y, a la vez, poder garantizar que todas las presiones y cargas se reparten adecuadamente a lo largo de su estructura.
Su finalidad no es otra más que garantizar una postura cómoda y, por supuesto, saludable. Que el peso del cuerpo se reparta bien mientras la persona sentada tiene la postura más adecuada. Así se evitan lesiones, dolores y posibles problemas tanto musculares como óseos. Y es que, para quien no lo sepa, la mayoría de problemas de espalda, de hombros o de cuello suelen provenir de una mala postura prolongada en el tiempo.
Consejos para comprar la silla idónea
Dejando a un lado el diseño ergonómico, aunque recordando que es el pilar principal a la hora de escoger el modelo adecuado, vamos a centrarnos ahora en los otros aspectos que hay que valorar cuando se busca una buena silla para estudiar. Hay muchos factores que se deben tener en cuenta, y acertar con cada uno es clave para dar con el modelo perfecto.
Lo primero es ir en busca de una que tenga soporte lumbar. Esta parte baja de la espalda es la que más se resiente por cargar con la mayoría del peso del tronco superior, y las sillas de estudio con refuerzo son las más recomendables. Descarta cualquier otra opción, eso te ayudará muchísimo a la hora de hacer la primera criba en los catálogos.
Después de eso, asegúrate de mirar también sillas que tengan reposabrazos. Piensa que es mucho más descansado tener un lugar en el que apoyar los brazos al terminar de estudiar, o mientras se está en faena, que no tener lugar alguno en el que apoyarlos. Sin esto, su peso recae sobre nuestro cuerpo, lo que va dejando mella con el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta, también, que hay modelos con reposabrazos reclinables. Son lo mejor, ya que nos permite ajustar la posición perfectamente.
Una de las dudas más habituales es el tipo de material para el respaldo y el asiento: transpirable o acolchado. La respuesta depende más del entorno y del tipo de uso. Si se vive en una zona de altas temperaturas, mejor una silla transpirable; si, en cambio, es un lugar frío, mejor algo acolchado que retenga mejor el calor. Asimismo, y obviamente, no puedes comprar una silla para estudiar que no pueda regular su altura o grado de inclinación. Esto es esencial para tener una postura adecuada.
No es tan difícil comprar una buena silla para estudiar. Solo hay que dedicar algo de tiempo y, sobre todo, no dejar a un lado todas estas características que hemos señalado. Afortunadamente, hay muchísimas opciones en el mercado, y la gran mayoría de ellas son realmente buenas. No tardarás en dar con la adecuada.