Ser emocionalmente inmaduro: ¿Qué significa?
Antes de identificar las características de las personas emocionalmente inmaduras, es necesario al menos intentar definir la inmadurez emocional que podría definirse como esa condición de vida que pertenece a aquellos individuos que aún están vinculados a los deseos de la infancia: deseos, estos, que hacen para que una persona esté convencida de que es el centro del universo.
Desde aquí somos capaces de entender en cambio qué es la madurez emocional, esa es la condición por la que eres capaz de tener los pies en la tierra, esa fuerza que nos recuerda a ser realistas.
Estas condiciones, aunque puedan parecer abstractas, son muy evidentes si prestamos atención a los comportamientos que normalmente se implementan: a continuación intentaremos averiguar cuáles son para comprender las características de las personas emocionalmente inmaduras.
¿Cómo son las personas emocionalmente inmaduras?
Características de las personas inmaduras.
Empecemos por decir que las personas emocionalmente inmaduras son dependientes: en definitiva, estas personas, aunque hayan llegado a cierta edad, a menudo siguen dependiendo de sus padres porque no han adquirido la capacidad de aceptar el hecho de que tienen responsabilidades y que los demás no lo son. ciertamente, un medio para lograr las metas de uno.
En cierto sentido, necesitan a los demás, pero solo porque los necesitan, no por amor.
Además, estas personas no son muy empáticas, ya que son incapaces de ponerse en la piel de los demás. Por lo tanto, no pueden entender cuando una persona está en problemas.
Finalmente, parecen tener poca confianza en sí mismos: por eso, para sentirse fuertes, intentan menospreciar a los demás.
La relación con las responsabilidades
Esta es la única forma de adquirir esa seguridad que en realidad no tienen: no os extrañéis si estas personas por tanto tienen miedo de comprometerse y en este caso no estamos hablando solo de parejas, sino también de otro tipo de compromiso, como la búsqueda de trabajo o alquilar una casa para vivir solo.
Al respecto es bueno subrayar que todos tenemos miedo a los grandes cambios, pero en muchos casos esto no nos bloquea, al contrario … en el caso de las personas inmaduras, sin embargo, tenemos un bloqueo real, ya que estos individuos no entienden lo importante que es tomar decisiones de este tipo.
No entienden que comprometerse con algo no es una limitación, sino algo necesario para lograr objetivos importantes.
La relación con las emociones
Las personas emocionalmente inmaduras no logran expresar sus emociones y sus reacciones siempre son exageradas: si se enfadan, por ejemplo, pueden llegar a alzar la voz y ser muy groseras.
¿Sus prioridades? Seguramente divertirse, salir: en definitiva, todo lo que no tenga nada que ver con la familia y el trabajo. Y con responsabilidades. Como se anticipó, estas son personas que creen que son el centro del universo: son personas egocéntricas.
Creen que el mundo gira en torno a ellos, simplemente porque, como los bebés, creen que basta con pedir que su deseo sea satisfecho.
Estas personas también son muy impulsivas, sobre todo a la hora de gestionar su dinero: en definitiva, no tienen problemas para comprar todo lo que necesitan, independientemente de los costes ya que son incapaces de evaluar objetivamente determinadas situaciones.
Causas de la inmadurez emocional
Llegados a este punto, puede que te preguntes por qué algunas personas llegan a asumir ciertos comportamientos, pero ciertamente la suya no es una elección: esta inmadurez parece tener raíces lejanas. Por lo tanto, se debe referir al período de la infancia, a menudo caracterizado por lagunas emocionales o experiencias negativas que impidieron que estas personas crecieran como debían.
Así que no nos extrañemos si se trata de personas que tienen baja autoestima y evitan involucrarse.
Al crecer han aprendido a ver los peligros en todas partes y para ello necesitan que alguien los cuide.
Cómo convertirse en personas maduras
¿Es posible convertirse en personas más maduras? La respuesta es obviamente sí, pero debemos dejar de esperar todo lo que queremos, aprender a no esperar siempre demasiado de los demás ni a depender de ellos.
Debemos querer no solo nuestro propio bien, sino también el de los demás: solo en este caso podemos considerarnos personas verdaderamente maduras capaces de tener un comportamiento responsable.
Además, para ser personas verdaderamente maduras, necesitamos aprender a soportar el sufrimiento: esta capacidad nos permite evitar el desánimo ante la adversidad y resistir, en lugar de quejarnos y adoptar comportamientos infantiles y por tanto inmaduros.
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