126 centros educativos públicos andaluces han empezado este curso sin servicio de comedor, lo que afecta a alrededor de 12.000 menores, incluyendo niñas, niños y adolescentes del Plan SYGA, que es una ayuda alimentaria para los más vulnerables.
Granada, Málaga y Jaén son las provincias más castigadas por el abandono de la prestación del servicio de comedor escolar que anunciaron las empresas Coll Servicol, Perea Rojas y Catering Villablanca pocos días antes de comenzar las clases.
La Confederación Andaluza de AMPA por la educación pública (Codapa), que representa a más de 2.700 AMPA de las ocho provincias andaluzas, la asociación empresarial AERCAN, que aglutina a las empresas que actualmente prestan el servicio de comedor escolar en Andalucía, y la Federación de Servicios de CCOO Andalucía y la FSMC de UGT Andalucía —como organizaciones sindicales más representativas del personal de comedores escolares— han realizado, en un manifiesto conjunto, un llamamiento público conjunto para que “la Junta de Andalucía, responsable de la situación actual y de un modelo de gestión que no satisface a nadie, actúe para garantizar la viabilidad presente y futura del servicio y la restauración inmediata del mismo en los colegios donde se ha perdido”.
Manifiestan que la situación de los comedores escolares en Andalucía es insostenible, que “es probable que empeore a lo largo del curso”, y pone en peligro la prestación de este servicio básico. Reivindican soluciones urgentes para el restablecimiento del servicio en los centros educativos sin comedor escolar e información transparente y continua sobre las medidas y pasos que se están dando para su resolución, garantizar la viabilidad de aquellos comedores más pequeños, la mayoría situados en zonas rurales; la suspensión del canon y la dotación de más medios humanos y materiales que posibiliten la atención adecuada del alumnado, así como la aplicación del protocolo anticovid. En lo relativo al personas, exigen la estabilidad de las plantillas y medidas de prevención sanitaria para las trabajadoras.
Por otro lado, Codapa ya elevó la semana pasada al Defensor del Pueblo Andaluz su preocupación por cómo las administraciones competentes, salvo raras excepciones, son incapaces de garantizar la prestación del servicio de comedor en la escuela pública frente a intereses económicos ajenos al modelo educativo que defienden desde su organización. Piden la intervención de la institución “ante la dejación de funciones para asegurar un servicio esencial para la ciudadanía, especialmente para las familias más vulnerables”.
Olga Leralta, vicepresidenta de Codapa, declara a El Salto Andalucía que “esta pandemia ha puesto de relevancia que hay que invertir más recursos en la alimentación en los centros educativos”, así como que la situación ya era muy precaria y “el coronavirus la ha hecho saltar por los aires”. Leralta señala que la Junta de Andalucía ha operado durante todo este tiempo en un contexto de completa opacidad, “no nos han contestado a nuestras cuestiones en la APAE —Agencia Pública Andaluza de Educación—, no nos contestan en las delegaciones de Educación, tampoco en las consejerías; las familias hemos sido abandonadas a nuestra suerte”.
Olga Leralta (Codapa): “El modelo con las cocinas in situ que funcionaba por gestión directa de la Junta de Andalucía ha sido desmantelado poco a poco durante dos décadas”
En Málaga, de los 49 centros afectados, 40 AMPA ya están trabajando de forma conjunta, comunicadas por un grupo de whatsapp para abordar el problema. Lupe Montejo, de la FDAPA en Málaga y profesional de la hostelería, afirma a este medio que el sistema actual de gestión de comedores se ha colapsado y ha evidenciado que no es fiable.
Para las AMPA, la solución no pasa por el aula de espera, al menos no en las condiciones ofertadas por la Consejería, que puso la condición de que la dirección del centro o las propias AMPA firmasen una declaración en la que se hicieran responsables de lo que ocurriera en ese tramo horario. “Nos parece totalmente fuera de lugar, ¿Cómo nos vamos a hacer responsables de algo que no ha sucedido por nuestra culpa y ante la que no estamos preparadas para asumir en estas circunstancias sanitarias excepcionales?”, afirma Lupe .
Las AMPA de Málaga exigen en primer lugar que los niños y niñas recuperen el servicio de comedor; después vienen más, como volver al modelo de cocina in situ “de verdad”. Las AMPA son conscientes de que estas cocinas se han licitado en algunos centros y denuncian que no las están utilizando como tal, sino que continúan con la línea fría —alimentos ya preparados y congelados— o ensamblando alimentos de cuarta gama, que llegan ya listos para “montar”. También exigirán un modelo educativo en los comedores, ya que “las empresas que sirven este producto son las únicas del mundo que no tienen un contacto directo con sus clientes, nuestros niños”, afirma Lupe.
Las familias lamentan que todo va deprisa en el comedor, que no hay tiempo de explicar las cosas, y “se llevan las manos a la cabeza si un niño aparece con el cepillo de dientes porque supone un tiempo extra del que no disponen. (Con información de El Salto-Andalucía)