Socialistas y asociaciones de ciclistas tachan de “tomadura de pelo” la medida del equipo de gobierno para proteger a los usuarios de este medio de transporte, que es la de pintar en la calzada el límite de 30 kilómetros en una superficie deslizante, mientras que advierten que el Ayuntamiento pone en peligro a los ciclistas al obligarles a convivir en carretera con vehículos de motor que no respetan distancias ni velocidad máxima
El concejal socialista Jorge Quero, responsable del área de Movilidad en el grupo socialista, ha pedido al Ayuntamiento de Málaga soluciones reales para la movilidad sostenible en la ciudad, “además de sensibilidad para proteger a los ciclistas que circulan por nuestras carreteras”. Así lo ha manifestado tras comprobar in situ la última medida que ha llevado a la práctica el equipo de gobierno para favorecer la convivencia entre ciclistas y vehículos a motor en la misma vía: “pintar el límite de velocidad de los carriles 30 con pintura deslizante”.
“Nos han llegado casos de caídas en la carretera, porque el aceite de los coches sobre esta pintura convierte la señal de límite de velocidad 30 en una superficie resbaladiza”. Así, el edil del PSOE critica que “no sólo no segregan carriles de ciclistas del resto de tráfico de motor, sino que toman una medida muy simple, la de pintar el límite de velocidad sobre la calzada, y lo hacen sin tener en cuenta que los ciclistas deben esquivar esta señal para no caerse, entrando en el carril más próximo”.
Por eso, Jorge Quero ha pedido al equipo de gobierno una auditoría de los tramos de carril bici que hay en la ciudad, que consideran “a todas luces insuficientes”, además de que informen sobre el tipo de pintura que se está utilizando actualmente sobre el pavimento para informar a los conductores de vehículos a motor que ese tramo de vía tiene un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora. Quero ha recordado que estos carriles 30, habilitados a comienzos del mes de mayo con preferencia para Vehículos de Movilidad Personal como bicicletas y patinetes, “no garantizan en absoluto la seguridad de estos usuarios frente a los turismos, luego esta medida no fomenta el uso de transportes sostenibles y tampoco ayuda a prevenir atascos”, como se pensó desde el área de Movilidad.
El presidente de la Asociación Ruedas Redondas, José Luis Martín, ha manifestado por su parte que “coger la bici en la ciudad de Málaga se está convirtiendo en una ruleta rusa, y ya no sólo por la convivencia de los ciclistas con los coches, sino porque cada medida que pone en marche el Ayuntamiento es peor que la anterior”. Martín ha criticado duramente al Ejecutivo local “por su cabezonería”, que “en vez de segregar el tráfico a motor de las bicicletas, aumentando la red de carriles bici y creando vías exclusivas para los Vehículos de Movilidad Personal cuando no los haya, se dedica a pintar límites de velocidad sobre el pavimento. “Esto no evita que los coches pasen a más de 50 y 60 kilómetros al lado de los que se mueven en bici. Coger la bici es jugarse la vida en determinadas zonas de la ciudad”.
Martín adjudica el desarrollo de medidas como esta “a personas que no saben qué es desplazamiento sostenible, que no han dado un pedaleo en años, que no han pasado miedo en la carretera por tener coches cerca y pasando a tu lado a gran velocidad”. Según Martín, los carriles 30 km/hora implantados por el Ayuntamiento el pasado 1 de mayo “son vías inseguras para las personas que han optado por la bicicleta y por el monopatín para desplazarse”. Para el presidente de Ruedas Redondas, “el equipo de gobierno debe empezar a crear una red de carriles ciclables seguros, que alejen a los coches de los usuarios de la bicicleta, que incentiven el uso de este medio de transporte tan saludable y que no contamina nada”.
Martín recuerda que ya ha presentado al Ayuntamiento una propuesta para “la creación de 70 kilómetros de corredores seguros a lo largo de toda la ciudad, sin necesidad de grandes obras”, restando eso sí algo de espacio a los coches en las arterias principales. “A esta propuesta se han adherido muchos colectivos e incluso empresarios de vehículos de movilidad personal, porque es evidente que hay mejores formas que coger el coche para ir de un barrio a otro”.