La investigación ha demostrado ampliamente que las emociones positivas en el cerebro humano favorecen las reacciones en cascada que activan el sistema inmune. Por el contrario, los estados de depresión emocional conducen a una inhibición de la respuesta inmune. Por lo tanto, el tono emocional de nuestras relaciones, así como la forma en que nos ponemos en contacto con los demás, adquieren una importancia inimaginable. La participación prolongada en una relación conflictiva conduce a picos repentinos de hormonas del estrés, que pueden dañar algunos genes responsables de controlar las células que combaten los virus. Las relaciones sociales que acentúan los sentimientos positivos y limitan los negativos parecen disminuir el cortisol (hormona del estrés) y estimular la funcionalidad del sistema inmunitario.
A veces las personas informan sobre sus dificultades interpersonales al informar que experimentan ansiedad, tristeza o incomodidad ante la imposibilidad de expresar sus sentimientos, sus ideas de una manera satisfactoria y socialmente efectiva.
Seguramente le habrá sucedido a todos que después de una discusión con una persona, su punto de vista no se expresó o solo se expresó parcialmente y pensó más tarde << Maldición, lo habría dicho … la próxima vez lo haré de manera diferente> >. En este caso podríamos decir que nuestro comportamiento fue pasivo. Otras veces, después de una discusión, nos sentimos incómodos con nosotros mismos por haber respondido con demasiada dureza, en cuyo caso podríamos decir que nuestro comportamiento ha sido agresivo.
El comportamiento pasivo es el de una persona que deja de lado sus necesidades, sus derechos e incluso sus deberes para cumplir los de los demás, teme y depende del juicio del otro y considera a los demás mejor que a sí mismos. El comportamiento agresivo es típico de alguien que pisotea los derechos de los demás, cree que siempre tiene la razón y está devaluando hacia el otro.
Entre estos dos polos se encuentra el comportamiento asertivo, que puede definirse como un equilibrio óptimo entre una actitud pasiva y agresiva.
La asertividad se describe como la capacidad de hacer valer los derechos de uno respetando los de los demás, a través de una comunicación clara, directa y al mismo tiempo coherente y completa a nivel verbal y no verbal.
Con algunas diferencias entre los diferentes académicos, se cree que los componentes básicos de la asertividad son:
- defensa de los derechos de uno, esto también implica la capacidad de rechazar solicitudes;
- asertividad social, como la capacidad de iniciar, continuar y completar interacciones sociales, posiblemente con facilidad y sentirse cómodo;
- la expresión de los sentimientos de uno implica la capacidad de comunicar sentimientos «positivos» y «negativos» a otras personas;
- iniciativa asertiva, se refiere a la capacidad de resolver problemas y satisfacer necesidades personales tales como pedir favores o hacer solicitudes;
- independencia, expresa la capacidad de resistir activamente las presiones e influencias individuales o sociales en la dirección del conformismo, dando voz a sus opiniones.
El tipo de comportamiento que se implementa con mayor frecuencia define el estilo que prevalece en esa persona y que puede variar según el contexto (laboral, social, familiar, sentimental). Por lo tanto, no hay personas que siempre se comporten de manera pasiva, agresiva o asertiva, pero es más correcto hablar de personas que tienden a tener un estilo agresivo, pasivo o asertivo en la mayoría de las situaciones o en circunstancias específicas, como mostrar un estilo pasivo en las relaciones. sentimental y asertivo en el lugar de trabajo.
Lo importante es subrayar que no hay un comportamiento asertivo definido en términos absolutistas, aplicable a diferentes situaciones. Por ejemplo, el «silencio» puede considerarse en algunos casos comportamiento agresivo (muestro mi desilusión al no responderle a la pareja), en otros comportamiento pasivo (por ejemplo, sufriendo las humillaciones de los demás) o incluso comportamiento asertivo cuando escucho en un «silencio» de compartir ”el grito de otra persona.
Por lo tanto, es necesario considerar el contexto, ya que esto cambia, la persona socialmente competente sabe cómo adaptar su acción y no aplica un comportamiento dado de una manera estereotipada. El comportamiento asertivo es, de hecho, el resultado de un acto intencional y razonado, la persona asertiva elige el comportamiento a implementar, la persona pasiva lo sufre y la persona agresiva pone en acción una reacción en lugar de una acción.
La personalidad asertiva está dispuesta a cuestionar tanto el contenido como la forma en que se comunica, no tiene como objetivo evitar el conflicto a toda costa, sino que trata de integrar las posiciones divergentes entre sí y el interlocutor en soluciones que son tanto funcional como para el logro de un objetivo que satisfaga a todas las partes involucradas. Ser asertivo significa asumir la responsabilidad de las propias acciones. Un estilo de relación asertivo crea relaciones interpersonales positivas y claras, basadas en la colaboración en las que las situaciones problemáticas también pueden abordarse de manera efectiva y con confianza.
Casaleiz Psicología