Jacinto López Arrabal actualmente se encuentra en un período entre misiones después de venir de una epidemia de cólera en Mozambique en Marzo de 2020. Ha trabajado en diferentes epidemias de cólera en Haití, Sudán del Sur, Zambia y Mozambique. En la epidemia de ébola de 2014-2015 estuvo estudiando el máster de Antropología médica y enfocó la tesis de máster en el pánico moral que crean las epidemias y las repercusiones psicosociales que experimentan los trabajadores sanitarios.
¿En qué situación te encuentras en este momento?
A principios de abril de 2020 llegué de Mozambique habiendo hecho un trabajo médico y humanitario. Mi trabajo dentro de la organización médica es un desempeño comunitario haciendo de enlace entre los servicios médicos y la población. El enfoque comunitario es fundamental. Si la organización no conecta y se involucra con la comunidad podremos tener los mejores médicos e instalaciones en los hospitales que la población no va a acudir, además de no saber interpretar sus necesidades reales.
Cuando llegué a casa, España estaba en pleno confinamiento, una situación muy distinta a la que normalmente vivo cuando vuelvo de alguna misión. Sentí que en vez de un período de descanso al volver a mi hogar esta vez iba a ser diferente por la necesidad que sentía de aportar mi experiencia en esta crisis. Una vez que llegué me fui dando cuenta que la parte de prevención y educación para la salud no estaba teniendo un papel tan primordial como el aspecto curativo en la gestión de la crisis. Es como si los bomberos estuvieran intentando apagar fuegos por todos lados, pero no teníamos a ninguno de ellos explorando si eran las colillas o barbacoas mal apagadas, y el porqué de esos actos. De ahí surgió la necesidad de aportar mi experiencia en otras epidemias
Ahora estás desarrollando una campaña en Málaga sobre hábitos higiénicos solidarios,
cuéntanos un poco sobre ella.
Nuestra iniciativa “Hábitos Higiénicos Solidarios. Por ti, por mí” tiene como objetivo el contribuir a la adherencia por parte de la ciudadanía de hábitos higiénicos que contribuyan a cortar la cadena de transmisión del COVID-19. Toda la población sin excepción necesita adaptarse a esta nueva situación en relación a comportamientos que dificulten la transmisión del virus. Cuanto antes tomemos conciencia de esto y actuemos en corresponsabilidad mejor nos va a ir como sociedad, no sólo en términos de salud sino en términos económicos también. Una segunda ola podría hundir mucho más la economía y originaría una pérdida de confianza inmensa de otros países hacia nosotros.
De ahí el término de solidaridad, porque un simple acto como el lavarse las manos antes de salir de casa es un acto solidario porque estoy pensando en no transmitir gérmenes al resto de conciudadanos. Máxime cuando esta enfermedad se transmite en gran medida con portadores asintomáticos.
Habrá gente que diga que sí han recibido mensajes de educación para la salud, y es cierto, pero no con la coordinación y sostenibilidad que requiere para conseguir cambios de comportamiento duraderos en la población. Sí que se nos ha dicho que nos lavemos bien las manos, pero ¿qué significa lavarse bien las manos? ¿lo estamos haciendo bien? ¿estamos desinfectando el móvil con frecuencia, nuestra tercera mano en términos de higiene? ¿por qué mucha gente no está usando bien los guantes? ¿sabe la población los riesgos que tiene toquetear y ponerse la mascarilla en la barbilla?
Durante el confinamiento hemos tenido la oportunidad para ser educados en hábitos que deben ser adquiridos lo antes posible para adaptarnos a esta nueva situación. Desafortunadamente, con tanta infoxicación (intoxicación de la información) los diferentes grupos sociales no están recibiendo esta educación en hábitos adaptada a sus características. ¿Se está llegando a los jóvenes de forma adecuada en términos de hábitos higiénicos? ¿y a los niños? Grupos de discapacitados, minorías étnicas, etc…
En Finlandia, por poner un ejemplo, se involucró a los “youtubers o influencers” en la transmisión de mensajes a la población. ¿Te imaginas el impacto que puede tener involucrar a gente famosa difundiendo mensajes sobre la importancia de la desinfección del móvil?
Nuestra iniciativa va en la dirección del empoderamiento ciudadano como “Agentes Comunitarios de Salud”. Cada persona tiene la capacidad de transmitir a su alrededor mensajes en positivo de cambios de comportamiento y corresponsabilizar al otro de una forma lo más humana posible. Las metodologías son muy diversas: desde el humor, la canción, la poesía, el dibujo, la fotografía, mensajes audiovisuales, etc… de esta manera va a llegar mucho más a diferentes grupos que normalmente no visitan las páginas webs de las autoridades sanitarias o no escuchan por diferentes razones a los expertos. No olvidemos que estos hábitos higiénicos adquiridos, como el adecuado lavado de manos y desinfección del móvil son útiles para la prevención de otras infecciones respiratorias y gastrointestinales que causan muchísima morbilidad y mortalidad en todo el mundo.
¿Cómo te imaginas el escenario a medio y largo plazo y cuales crees que serán las consecuencias en lo social, económico, político, etc.?
Me preocupa la politización de la pandemia. Esto no es nuevo, ha ocurrido antes y ocurrirá en un futuro, pero debemos como ciudadanos ser conscientes de la importancia de ir todos juntos en la misma dirección. El virus no entiende de partidos políticos, de ideología, de clases sociales, etc… pero sí le conviene a su naturaleza que busca la supervivencia, una desorganización y desunión para infectar más fácil a la población.
La gestión de esta crisis también está en “nuestras manos”, no sólo como hábito higiénico solidario sino como espíritu de apoyarnos mutuamente como sociedad. Es muy importante de no dejarnos llevar por personas que manejando poder en sus esferas ven esto como una oportunidad para sus intereses personales. Nos guste o no, en las epidemias, el bien común va a beneficiar al bien personal. Al contrario, pensando solamente en uno mismo o en mis allegados cercanos no funciona para la gran mayoría y tardaremos mucho más en salir de esta crisis.
Comentarios y conclusiones
Esta crisis es una toma de temperatura de cómo estamos como sociedad. Las epidemias sacan lo mejor y lo peor de los seres humanos, pero es una gran oportunidad de aprendizaje para el futuro. Por ejemplo, lo que ha ocurrido con los mayores en las residencias ha sido destapar un sistema indigno y deshumanizado para muchos de ellos y ellas que ya venía ocurriendo previamente pero que no era visible. Si demostramos nuestra valía como sociedad, el sistema de residencias de mayores debe ser adaptado lo antes posible pensando en su bienestar y dignidad como objetivo principal y único, de lo contrario, nos pondrá en evidencia como seres humanos que somos.
Jacinto López Arrabal
Enfermero y Antropólogo Médico
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1 Para recibir (padres o profesorado) el material gratuito para centros educativos de la campaña: “Me lavo las manos y desinfecto el móvil. Por ti, por mí” escribir a [email protected]