Alarmismo en situación de alarma.
Lo que me llama la atención es este contexto que nos ha tocado vivir es el alarmismo. Llevo escuchando durante bastantes días, que las restricciones de quedarse en casa, las reglas de seguridad, los cierres y las reaperturas graduales de negocios son acciones que han alarmado psicológicamente a la población y que, por esta razón, las personas desarrollarán depresión, fobias, dificultades sociales, ansiedad…
¿No es esto alarmismo? ¿Entre otras cosas manipuladoras e inductivas? Me imagino cuántas personas, sintiéndose más bajas de lo habitual, cansadas o menos concentradas, han sufrido los efectos de este tipo de alarma disimulada, disfrazada de proteccionismo.
Síndrome de Sibilla Cooman
Sibilla Cooman es un personaje de la saga de Harry Potter que es maestra de adivinación o previsión. El personaje es narrado de una manera hilarante porque, de hecho, los pronósticos que realiza se los inventa.Al nombrar este «síndrome», bromeo sobre quién cree que sabe cómo será nuestro futuro desde un punto de vista político, económico, social y psicológico. La realidad es que nadie realmente puede afirmar nada. Puede haber modelos predictivos para algunas de estas disciplinas, para otras muchas menos o ninguna.
¿Y para la psicología? ¿Corres riesgo de depresión?
Yo no sé. Creo que esta es la respuesta más honesta que puedo darte. Ciertamente, este período ha suscitado emociones y reflexiones, ha habido luto y trauma de diversas implicaciones. Hay personas que han vivido con dificultad estos meses y algunas reacciones al estrés que ya son típicas de ciertas personas se han acentuado. Hay quienes se han aislados, otros han incitados a las multitudes en las redes sociales, los hay que han tenido episodios de ansiedad. Todo en la norma, diría yo, dada la situación con una alta tasa de estrés psicológico.
Sin embargo, a partir de aquí decir que estamos en riesgo de psicopatología, lo que aumentará el número de casos de depresión, etc … ¡no sé!
Vulnerabilidad individual
Al igual que con cualquier tipo de enfermedad, trastorno o problema, existen factores de riesgo, en parte genéticos y en parte ambientales, y el contexto específico puede exacerbar, es decir, sacar a la luz, los problemas latentes. Esto significa que algunas personas pueden experimentar síntomas atribuibles a las psicopatologías, no todas y no necesariamente. El riesgo de depresión también sigue reglas idénticas.
Otros pueden tener síntomas transitorios que deben controlarse, ¡pero esto no indica que la persona esté experimentando una enfermedad!
Las reacciones emocionales son legítimas.
Si has experimentado una disminución del estado de ánimo en estos días, por ejemplo, decirte que no estás deprimido: estás reaccionando a una situación compleja con una disminución del estado de ánimo y, tal vez, tristeza. Si siente ansiedad mientras va de compras y ve a todos con una máscara, no estás experimentando un trastorno de ansiedad: estás reaccionando con ansiedad ante una nueva situación fuera de su control.
La tristeza no es depresión, el miedo no es fobia, el cumplimiento de las normas de higiene no es un trastorno obsesivo compulsivo.
¡Suficiente!
La razón de este artículo, molesto en tono y franco en intenciones es invitar a dejar de temer patologías hipotéticas y asustar a quien, con el corazón latiendo fuerte, se dispone a reinventar la vida. Tal vez, por supuesto, con algunos toques emocionales temporales extra que poco a poco mejorará. Si necesitas ayuda, la psicología está ahí y yo estoy con ella.
Carlos Casaleiz
Psicólogo
644 299 079