Aún habrá muchas limitaciones, muchas reglas que tendremos que respetar en nombre de la seguridad y la salud, pero muchos de nosotros volveremos poco a poco a nuestro puesto de trabajo. Y esto, aunque por un lado liberador, puede despertar ansiedad e inquietud, ya que un período caracterizado por una fuerte incertidumbre está por comenzar.
¿Qué va a pasar?
¿Cuál será la tendencia del virus? ¿Volveremos a la «fase 0»? ¿Cómo manejaré a mis hijos si tengo que volver a la oficina? En este sentido, por ejemplo, un cliente, a quien durante los últimos 2 meses he visto exclusivamente online a través de Skype, me ha declarado abiertamente que el aislamiento es muy difícil, pero ahora es una costumbre y, como tal, es una situación tranquilizadora y manejable, mientras que el retorno a una pseudo-normalidad le pone muy nervioso.
Obviamente, la fase 1 es una condición nueva para todos nosotros, por lo tanto, lejos de tener la solución mágica en la mano, traté de ayudar a mi cliente a manejar este nerviosismo de la mejor manera. En primer lugar, es una novedad que, como todos los cambios, requiere un reajuste fisiológico, por lo que es necesario tomarse un tiempo para reanudar la actividad como antes del confinamiento. No esperes estar 100% operativo de inmediato, pero permítete acostumbrarte gradualmente a la nueva situación. Dé un paso y después otro y observa cómo te sientes.
Intenta hacer lo que te hace sentir más seguro y cómodo, experimenta pequeños cambios y, si no tienes ganas de hacer algo, explícalo a ti mismo o a quien te pregunte. Todo esto te ayudará a crear gradualmente una nueva rutina y establecer nuevos hábitos que incluyan actividades prohibidas durante el período de cuarentena.
Este proceso de reajuste puede hacerte sentir tenso o estresado. Recuerda que es normal y no te olvides de concederte alguna acción agradable, por ejemplo, un abrazo. Luego, no olvides que en el cuerpo también se acumula y mantiene la tensión, así que trata de relajarlo.
Algunos ejercicios de relajación muscular o la práctica de respiración lenta o incluso un poco de yoga o meditación (por ejemplo, mindfulness) pueden ser muy útiles para liberar la tensión física y relajar el cuerpo, con un impacto positivo en el sueño también.
Por último, pero no menos importante, trata de aprender algo positivo sobre ti de esta dolorosa experiencia. ¿Descubriste que tenías recursos que nunca sacaste? ¿Has notado que a pesar de todo lograste hacer algo bueno o pasar momentos agradables? ¿Has descubierto una habilidad inesperada para reaccionar? Concéntrate en aquello que te ha ayudado y lo que te está ayudando, en lugar de las dificultades que has encontrado o que aún experimentas.
Recuerda, si necesitas ayuda, puedes contar con nosotros. Estamos en Calle Don Cristian 19,4ºB,29007 Málaga o a través de Skype. 644 299 079