La crisis sanitaria que está sacudiendo Asia, Europa y buena parte del mundo, y que tiene visos de no terminar hasta dentro de unos meses, ha reabierto el debate sobre eso de trabajar online desde casa: el teletrabajo. Desde que las tecnologías digitales cambiaran por completo el panorama, y que diferentes estudios pusieran de manifiesto que muchas empresas españoles podían instalarlo sin problemas, se ha hablado mucho de la necesidad de fomentarlo, y de por qué no se hacía.
En contra de lo que pueda parecer, no son las empresas las únicas que muestran reticencias. De hecho, grandes empresas fomentan trabajar de casa, y es la necesidad de relacionarse y de obtener reconocimiento lo que frena a muchos trabajadores a ejercer desde su casa. Es decir, que los motivos culturales intervienen.
Cambian los tiempos y también las ocupaciones
Según el informe “Los más buscados del futuro” de Spring Professional, encargado por el grupo Adecco en 2018, el sector IT, el Legal, el de Recursos Humanos o el Financiero abarcan la mayoría de profesiones más buscadas. Las tareas que se desarrollan en muchos de estos puestos tienen que ver con los llamados “trabajos de oficina”: Digital Manager, Experto en Ciberseguridad, Talent Manager Director, etc. Cambian los tiempos, cambia la demanda y varían también las ocupaciones.
Al margen de lo que requieran las empresas, la iniciativa individual también resulta determinante a la hora de visualizar las necesidades del mercado e inscribirse a sectores que pueden tener éxito. Emprender, por supuesto, también es una posibilidad, y eso requiere valorar algunas ideas de negocio online.
Está claro que el trabajo no es para todo el mundo, que aún habrá sectores como la construcción o la logística que requieran la presencialidad y el desplazamiento. Pero muchas veces se trata de superar la barrera de lo que tenemos aprehendido.
El mundo de la pastelería, por ejemplo, goza de mucha popularidad en la actualidad. Tradicionalmente se ha visto como algo propio de obradores que trabajaban en tiendas, donde el olor y la vista en 3D jugaban un papel primordial de marketing sensorial. Hoy, sin embargo, la capacidad creativa y la estética de los dulces se valora incluso más, y mostrarla por las redes sociales va a tener un impacto mayor. Con un ecommerce que funcione de la noche a la mañana, se pueden vender croissants, macarons o galletas de mantequilla.
El éxito de un negocio online tiene que ver, precisamente, con el impacto. Y este se consigue con una buena idea, sí, pero también sabiendo hacerla llegar a través del marketing digital. Entre lo que este propone, crear contenido SEO es una de las grandes recomendaciones.
Esto emplaza a las empresas, sea cual sea su tamaño, a crear un contenido específico, que resulte del interés del público objetivo, que atrape y que use las herramientas necesarias para que sea bien posicionado en los buscadores. El uso de palabras clave es un ejemplo, pero requiere más: un análisis de la web propia y de la competencia, optimización del sitio, seguimiento de las estadísticas del tráfico web, etc.
No todo es comodidad
Quien emprenda o sea exhortado por su empresa o por las circunstancias mundiales a desarrollar el teletrabajo, debe saber que no todos son ventajas.
No tener un espacio exclusivamente dedicado al trabajo, ni tampoco un horario fijo con supervisión, puede conllevar un descenso de la productividad. Quienes teletrabajan reconocen que les cuesta adherirse a una rutina y crear un ambiente de trabajo propicio en casa. Y eso sin contar la reducción de las posibilidades de potenciar el trabajo en equipo ni de aprender del contacto con otros compañeros.
Eso último no tiene por qué darse. Las tecnologías digitales han propiciado una comunicación continua y eficaz, y hay suficientes softwares y apps como para facilitar el contacto permanente e igualmente enriquecedor. Conviene, en todo caso, seguir unos consejos a la hora de ganar eficacia.
Si ha sido el coronavirus lo que te ha empujado a practicar el teletrabajo, sería bueno que mantuvieras tus hábitos. Es decir, nada de quedarse en pijama, activa el “modo oficina” y procede como lo harías si siguieras trabajando fuera.
Continúa el contacto con los compañeros y, si no los tienes, porque eres autónomo, ve creando poco a poco tu red de contactos. La comunicación debe fluir siempre, sea con compañeros, proveedores o clientes, pero evitando que las herramientas digitales que lo facilitan supongan un arma de doble filo: manda los emails y o mensajes instantáneos que necesites, no más.
La clave está, sin embargo, en la planificación: gestiona bien tu tiempo, establece prioridades, ponte objetivos diarios y optimiza el tiempo, aprovechando la flexibilidad. No hay por qué hacer el trabajo de 8.00 h a 15.00 h, porque las circunstancias son otras y esa rigidez puede provocar frustración, pero sí es importante tomar el control.
Puede que este aislamiento necesario genere un antes y un después en el modo de trabajar de muchas empresas, pues las crisis conllevan la necesidad de adaptarse al medio. Hay que afanarse por sacarle partido.