“Es como si se me clavaran mil cuchillos en el cuerpo”, “es como si mi corazón se partiera lentamente”, “es como un martillazo en mi cabeza”, “es como si se me rompiera algo por dentro”, “es como…”. Ángela Diez, psicóloga de Psicólogos Málaga PsicoAbreu, plantea que a lo largo de nuestra vida pasamos por momentos de dificultad que no podemos evitar. El dolor forma parte de la vida siendo natural, sin embargo, sufrir es opcional y depende de nosotros.
Diferencias entre dolor y sufrimiento
Podemos saber que un familiar está muy enfermo y que le queda poco tiempo de vida. Al conocer la noticia sentiremos un dolor inevitable. El dolor que produce la pérdida de un ser querido, y que llegado el momento viviremos irremediablemente. Sin embargo, cuando dejamos de vivir el día a día disfrutando de esa persona y anticipamos constantemente el dolor que sentiremos cuando ya no esté, estamos eligiendo el sufrimiento como forma de vida.
El sufrimiento tiene una finalidad, pero debe tener también un final. Que el dolor y el sufrimiento vayan unidos es una necesidad temporal, pero el primero no tiene por qué implicar el segundo en todo momento. Cuando algo malo nos sucede, es necesario sufrirlo, llorarlo, expresarlo. No podemos pasar por la vida sin que nos toque y afecte constantemente.
En Psicólogos Málaga Psicoabreu consideramos que tanto la alegría, la felicidad y el bienestar, como el sufrimiento, el malestar y la amargura son emociones naturales y no debemos poner toda nuestra atención en evitarlas. Son efecto de la manera que tenemos de manejar las cosas que nos suceden y de cómo interpretamos e integramos los acontecimientos en nuestra vida.
Del mismo modo que lo que nos rodea nos afecta, nosotros afectamos a lo que nos rodea. Así, ante cualquier cosa que nos ocurra podemos tomar un papel activo o pasivo. Podemos padecer y ser un mero espectador de lo que nos pasa o podemos poner en marcha nuestra capacidad de acción.
Cuando el sufrimiento nos define como individuo
Dicho esto, ¿por qué entre todas las emociones el dolor es de las que más nos cuesta tolerar? El dolor es soledad, y ésta es interpretada por el mundo actual como el mayor de los enemigos. La soledad del dolor provoca angustia, y para disminuirla y aliviarla la compartimos con los demás obteniendo acompañamiento, acogimiento y comprensión. Sin embargo, no siempre podemos estar acompañados, y cuando pasa la fase aguda del dolor, volvemos a quedarnos a solas con él.
El dolor nos obliga a enfrentarnos a nuestra soledad, aprender a aceptarla y convivir con ella. Nos ayuda a ser creativos y descubrirnos a nosotros mismos. Solo viviendo y conociendo la tristeza (y sí, esto a veces significa dejarse caer sin saber qué habrá allá abajo) podremos llegar a valorar el verdadero bienestar, la felicidad, la amistad, la salud y el estar presentes. Es necesario, pero si lo convertimos en la razón de nuestra vida, en nuestra identidad, estamos condenados a vivir por y para el sufrimiento. De esta manera, añadimos elementos al dolor que son innecesarios, nos convertimos en alguien que solo sufre y limita su visión del futuro desde el sufrimiento, y no hacia la vida. Es molesto para sí y para el que le rodea. Un ejemplo de ello es cuando nos ofrecen esa oportunidad de trabajo que tanto estábamos esperando, pero a los 6 meses nos dicen que no pueden renovarnos el contrato. No pienses en la oportunidad de haber aprendido algo nuevo y de poder seguir haciéndolo en otro lugar, piensa en lo que te han hecho; no disfrutes de lo que tienes, preocúpate por lo que puedes perder.
Qué hacer cuando somos alguien que solo sufre
Cuando convertimos nuestra vida en sufrimiento nos colocamos en el reproche, en la debilidad, en la culpa, en la autocompasión y en la exigencia “y si yo hubiera…” o “si el otro no hubiera hecho…yo…”. No aceptamos que no podemos controlar el saber qué habría sucedido de haber cambiado la circunstancia o la actitud de los implicados. De aquí surgen diversos problemas psicológicos como la ansiedad, la depresión, duelo patológico, etc.
Ocurre que cuando nos pasa algo triste o desagradable, solemos sentirnos incapaces, y cuando lo que nos afecta es alegre, surge en nuestro ser la creatividad, la capacidad de comernos el mundo, de encontrar nuevas soluciones. Es ésta la aventura de la vida, a veces una lucha, pero podemos elegir entre gobernarla y tomar las riendas o padecerla. En Psicólogos Málaga PsicoAbreu te ayudamos a romper con el victimismo, tomar conciencia de cómo hacemos de nuestra vida un sufrimiento y recuperar la libertad que supone tener las riendas en nuestra vida.
Ángela Diez Fernández
Psicóloga en Psicólogos Málaga Psicoabreu