Una de las principales ventajas de vivir en España es la cantidad de paisajes que tenemos a nuestra disposición. La variedad de regiones en el país saca a relucir la gran belleza de la naturaleza: desde el color verde propio del norte, hasta los senderos más montañosos del sur. Málaga es una de las ciudades más bonitas de la Costa del Sol, motivo por el que hemos de indagar en aquellas poblaciones que se convertirán en toda una delicia durante nuestras próximas vacaciones.
Ardales, un pueblo increíble
Cuando estamos planificando un destino para irnos de viaje, pronto se nos viene a la cabeza los lugares más característicos del turismo. Sin embargo, España está compuesta por toda una serie de localidades que, si bien no salen constantemente en los medios de comunicación, pueden ser muy superiores a los lugares de mayor fama. El pueblo de Ardales, en la Costa del Sol, es un claro ejemplo de ello, contando con una propuesta completamente diferente a lo esperado.
La historia precede a Ardales, que fue parte del Imperio Romano siglos atrás, tal y como hacen muestra sus monumentos. Posteriormente cayó en manos de los árabes, donde el caudillo Omar Ben Hafsún se reveló contra el Emirato de Córdoba. Sin embargo, mucho antes de que todos estos eventos dieran lugar, Ardales ya contaba con los primeros rastros de civilización humana, reflejada claramente en las pinturas rupestres de sus cuevas. Se trata de una población cargada de un componente cultural que merece de toda nuestra atención e interés.
A su vez, el paisaje más pintoresco lo encontramos en el Embalse del Conde de Guadalhorce, un lugar repleto de naturaleza que se extiende hasta las 900 hectáreas. Desde 1921 es un lugar de encuentro entre turistas y residentes de la población para darse los típicos baños del verano. Porque no tiene nada que envidiar a las playas gracias a la belleza innata de los montes de los que goza a su alrededor. Ideal para visitar en las épocas más calurosas del año.
No obstante, si hay algo que ha posicionado a Ardales como una sabia decisión para visitar, es El Caminito del Rey. Una senda que, como se comentará a continuación, sorprende a todas las personas que se aventuran cada día en su recorrido. Una maravilla natural en la que pasamos por las zonas históricas de la población, disfrutando de un senderismo de imposible comparación.
La ruta de senderismo por excelencia de Málaga
El senderismo tiene un alto componente de satisfacción personal, recuperando la conexión perdida con nuestro yo más profundo; producto directo de la sensación de libertad que nos proporciona la naturaleza. El Caminito del Rey es un claro ejemplo de ello, famoso por ser el recorrido por excelencia en la maravillosa ciudad de Málaga. Un camino que se remonta a los inicios del siglo XX.
El recorrido de esta ruta de Ardales comienza en el Restaurante el Kiosko, punto de reunión previo a los túneles. A continuación, tendremos que elegir entre el túnel grande (2,7Km) o el peatonal (1,5Km) que nos llevan al mismo punto, la Presa del Gaitanejo, pasando previamente por el característico Arco Gótico.
En esta presa dará comienzo realmente el sendero, pasando así por el desfiladero de Gaitanejo, un barranco con pasarelas de tan solo 10m de ancho. Después habremos de bajar las ‘escaleras de la mantequilla’ para llegar al Tajo de las Palomas, segundo desfiladero en el que encontramos el famoso Puente del Rey y la Cueva del Toro, datada de la era del paleolítico.
Tras el paseo por el Valle del Hoyo, alcanzamos el último desfiladero de la ruta: el Desfiladero de los Gaitanes. Es el más famoso del recorrido, compuesto por lugares geológicos de alta relevancia como las Cuevas del Peñón de Cristo. Un final por todo lo alto que nos dejará sin palabras.
El alto reclamo de este recorrido no ha sido fruto de la casualidad, sino de la gran satisfacción de las personas que se lanzaron a la aventura. Aprovechar las maravillas de nuestro país es prácticamente una responsabilidad y Málaga, más en concreto Ardales, es el lugar ideal para ello.