Tegucigalpa Honduras: «Desesperación y frustración» son las palabras que definen a muchos compatriotas hondureños luego de protagonizar sendas caravanas migratorias cruzando las fronteras de Guatemala y México.
En su mayoría han sido agredidos por parte de las autoridades de ambos países,
“el sueño americano”, siempre ha sido una palabra muy mencionada por los “catrachos”, ya que son muchos los que viven en Estados Unidos y mantienen a su familia en Honduras con las remesas que envían y las deportaciones ha aumentado en el pasado año 2019.
Muchas personas han sido detenidas por las autoridades migratorias y por ende baja el ingreso económico de Honduras, los envíos han sido su fuerte, y esto afecta la parte monetaria, peor aún la falta de humanismo, personas que sufren al momento de trasladarse a “USA”, dejando a sus familiares para buscar una vida mejor.
Es triste ver a madres centroamericanas ir con sus hijos en brazos, ya que este es un problema de la región, y a sabiendas de lo que suceda, sin mucho dinero, y eso es un problema no solo del país, sino de la región.
El gobierno de Donald Trump ha buscado apoyar a los tres países de Centroamérica que mantienen mayor auge migratorio, El Salvador, Guatemala y Honduras, a través del llamado plan del “Triángulo Norte”, cuyo objetivo es la financiación a los gobiernos de la región, buscando el cese de la migración, pero los resultados han sido muy bajos, debido a la corrupción de los gobiernos de esta zona.
En Honduras se da mayor importancia a la militarización dejando de lado la educación integral y el financiamiento al productor, ya que somos un país eminentemente agrícola, pero se deja en el olvido a los pequeños productores y ellos tienen que partir en busca de mejores oportunidades.
La alfabetización en el país es muy baja, es decir, altos índices de personas que no saben leer ni escribir, y esto aumenta ya que es muy cara la educación, hay escuelas donde los maestros compran su propio material didáctico, en la zona rural, porque el apoyo gubernamental es mínimo, y cuando alguien busca trabajo, le piden ser bilingüe y en algunas escuelas no se imparte inglés.
Solo hay que imaginarse a un hijo despedirse de su madre y de familiares, quizás pensando que el camino es largo y nunca logrará ver a sus seres queridos, como ha pasado muchas veces, eso se vive en Honduras y en otros países de la región, pero aquí es una realidad y una “emergencia nacional”.
Esta tierra es linda y llena de personas con un corazón enorme, quién sabe hasta de compartir su bocado con el prójimo, pero no merecen abandonar sus sueños y su vida en el país que los vio nacer, dejando su fuerza de trabajo lejos.
Honduras merece más, y como dice una canción mexicana “aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión”, al referirse al “sueño americano”.