Cristina Núñez, psicóloga del gabinete malagueño Psicólogos Málaga PsicoAbreu, plantea el siguiente ejercicio a nuestros lectores: “Imagina que tienes a un niño de cinco años delante de ti. El niño llora porque se le ha roto su juguete favorito, ¿qué le dirías para intentar calmarlo?”.
Ante esta situación las respuestas más habituales suelen ser: “no llores, no pasa nada”; “no te preocupes”; “no estés triste, no tiene importancia”; “te compraremos otro”.
En el contexto cultural en el que vivimos este tipo de respuestas están muy normalizadas. El objetivo no es otro que el de intentar calmar y aliviar el sufrimiento de la otra persona. Sin embargo, intentar “ahogar la emoción” con este tipo de mensajes, lejos de apoyar nuestro estado emocional, provocan el efecto contrario: comunican al otro que lo que siente es incorrecto, que “no puede ponerse así por una tontería”. Transmitirle de forma urgente que debemos intentar estar bien y que las emociones dolorosas hay que tratar de evitarlas, es una meta irreal e inalcanzable.
La realidad es que no somos responsables de las emociones que aparecen, pero sí de cómo nos relacionamos con ellas. Así, todas las emociones que podemos experimentar son válidas y tienen sentido, según señala Cristina Núñez, psicóloga de Psicólogos Málaga PsicoAbreu.
¿Qué es la validación emocional?
La validación emocional constituye un proceso de apertura a la experiencia emocional del otro y de uno mismo, aceptándolas como parte de la experiencia humana. Por ello, no existen emociones “buenas” o “malas”, sino emociones “agradables” y “desagradables”, apunta Cristina Núñez.
Se trata de llevar nuestra atención a la experiencia emocional del otro o de uno mismo y no hacia la situación que provoca esa emoción. En el caso antes planteado, si centramos nuestra atención en el hecho que ha provocado su llanto (se le ha roto un juguete), es lógico que nos parezca algo sin importancia. Sin embargo, debemos tener en cuenta que las prioridades de un adulto no son las mismas que las que presenta un niño.
Claves para favorecer la validación emocional
A continuación, los expertos del gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu arrojan algunas claves para entrenarnos en validación emocional:
- Validar emociones y no conductas. Puedo validar que estés enfadado, pero no aprobar que des golpes en la mesa.
- Validar no es estar de acuerdo con la opinión del otro, sino aceptar que una persona pueda tener una emoción determinada en una situación concreta en función de su historia de aprendizaje. En relación con uno mismo, seguro que muchas veces habéis pensado que la situación “no era para tanto”, pero que no pudisteis evitar sentiros de una forma determinada. En muchas ocasiones, nos sentimos culpables por sentir o no sentir lo que nos gustaría.
- Adoptar una postura consciente y abierta. Técnicas como el Mindfulness pueden ser de gran ayuda.
- Evitar ofrecer consejos de forma predeterminada. La mayoría de las veces la persona tiene ya la solución a sus problemas. No necesita necesariamente que le demos soluciones o consejos, a menos que nos lo pida. Si lo hacemos lo único que estamos consiguiendo es “saltarnos” su experiencia emocional.
- Ofrecer compañía sin juzgar: es crucial no emitir juicios de valor en ese instante. El objetivo no es intentar que el otro esté bien lo antes posible. Quizás en ese momento necesite hacer hueco a esa emoción y sentirse comprendido, aunque la emoción no sea agradable.
En Psicólogos Málaga PsicoAbreu se ofrece una Terapia Psicológica basada en las Terapias de Tercera Generación centrada en crear un ambiente validante. La validación por parte del terapeuta implica transmitir a la persona que sus respuestas emocionales tienen sentido y pueden comprenderse en función de su historia, desde una posición no juiciosa. Desarrollar la habilidad de validar las emociones de otros y, especialmente, las de uno de uno mismo de forma adaptativa puede aprenderse con ayuda profesional.