Honduras tiene retos a nivel educativo, el gobierno afirma que el sistema público es gratuito, pero se paga por vigilancia, útiles escolares, mantenimiento entre otros.
Algunos padres de familia solventan porque sus ingresos económicos se los permiten. Pero ¿qué pasa con los niños de una aldea lejana, donde no hay electricidad, su trayecto es de dos horas diarias caminando para llegar a la escuela y viceversa y la educación no es de calidad?, él no tiene la culpa del desastre que ha causado en Honduras “la corrupción”.
Los jóvenes al verse sin recursos para seguir estudiando y a sus espaldas una familia que mantener, se ven obligados a dejar la escuela a temprana edad, trabajando en la economía informal pero sus sueños de estudiante se fugan.
Allí es cuando el estado falla y desde hace muchos años, el dinero del Presupuesto general de la República lo destinan a seguridad nacional, la misma que protege al régimen que sume cada día en la pobreza a Honduras, comandado por Juan Orlando Hernández, cuyo hermano Toni Hernández está preso en Estados Unidos por narcotráfico.
Esto indigna a la población y el pronunciamiento se ve a través de sendas manifestaciones por parte de algunos grupos estudiantiles, como el Movimiento Estudiantil Universitario (MEU) , que busca la no privatización de la educación, cuyas protestas no se ven en la palestra internacional, la libertad de expresión es coartada y esto ha llevado a sufrir represión a estudiantes hondureños y hasta la muerte de varios de ellos.
Otro caso es que nuestros niños y jóvenes caen en las manos de la delincuencia, ese es un lugar donde pueden encontrar un ingreso.
Luego tenemos aquellos casos en las montañas, aldeas y caseríos, donde ni siquiera hay un centro técnico para sacar algunos cursos y se va la juventud, en muchos casos sin aprender a leer y escribir, trabajando en el campo arduamente sin un salario digno y ¿a eso no se le puede llamar “justicia social”?.
El punto, es que el mundo se entere que aquí no se respetan las garantías constitucionales y un derecho como la educación dictado por la “Constitución de la República” es arrebatado por parte de una “narco dictadura”, mismo régimen que en los últimos 10 años ha llevado al país a una pobreza extrema y un retraso educativo.
Según el instituto centroamericano de estudios fiscales (UCEFI),el presupuesto de educación aumentó en un 3.8 % en este 2019, pero si lo comparamos con él de seguridad con un aumento de 7.1%, , lo cual es ilógico, hay 900,000 niños y adolescentes fuera de las escuelas y se gasta más dinero en armas y pago de salarios a militares, que en la construcción y mantenimiento de aulas, ya que al gobierno le conviene mantener en ignorancia a la gente.
El ejército nacional se arma cada día, mientras allá en una «aldeíta lejana», aquel niño sueña con ser doctor y no tiene ni para comprar un lápiz, es lo que se vive en Honduras y nuestra realidad, la cual cambiará cuando «despierte la consciencia nacional».