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jueves, diciembre 19, 2024

Alberto Fernández asume en Argentina con la propuesta de «un nuevo contrato social»

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En uno de los cambios de mando más esperados en América Latina, Alberto Fernández asumió ayer la presidencia de Argentina, luego de cuatro años de un gobierno liberal que deja un marcado incremento de la deuda externa, una devaluación cercana al 550% y una tasa de pobreza rayana al 41%.

El nuevo presidente, que se impuso al propio Macri en la primera vuelta de las elecciones del 27 de octubre, ha apelado a la «unidad» de todo el país en aras de un «nuevo contrato social» en su discurso de toma de posesión del cargo, en el que también ha echado en cara al Gobierno saliente sus políticas económicas y adelantado que propondrá un nuevo presupuesto.

Tras recibir la vara y la banda presidencial de manos del mandatario saliente Mauricio Macri, Fernández ha tomado la palabra en el Congreso para «convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social».

Dicho contrato, ha subrayado el político peronista, debe ser «fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente, y solidario, porque en esta emergencia social es tiempo de comenzar por los últimos para después llegar a todos». «Este es el espíritu del tiempo que inauguramos», ha recalcado.

El flamante presidente ha subrayado que para poner «a Argentina de pie» hay que «recuperar una serie de equilibrios sociales, económicos y productivos que hoy no tenemos». «Es hora de abandonar el aturdimiento, ser conscientes de las profundas heridas que hoy tenemos», ha añadido, incidiendo en que para curarlas hace falta «tiempo, sosiego y sobretodo de humanidad».

Fernández ha sostenido que si el país se encuentra en la situación actual es porque se «han aplicado muy malas políticas económicas», algo que en su opinión también fue «determinante» a la hora de que los argentinos no concedieran a Macri un segundo mandato.

En este sentido, ha defendido que «no hay pago de deuda que pueda sostenerse si el país no crece» y ha asegurado que el proyecto de presupuesto debe ser «propio» y «no dictado desde afuera». Según el nuevo mandatario, solo podrá contarse con un presupuesto tras «la renegociación de la deuda y de poner en práctica medidas económicas sociales y de la economía real».

«No le daremos tratamiento parlamentario al presupuesto proyectado por el Gobierno saliente para 2020. Sus números no reflejan la realidad de la macroeconomía, ni la realidad social ni los compromisos de deuda que realmente se han asumido», ha adelantado.

“Una macroeconomía no aislada de un proyecto nacional»

En materia económica y tal como lo hizo a lo largo de su campaña, volvió a condenar “la aventura de la fuga de capitales que destruyó” la industria y la producción nacional. “Pasamos del estancamiento a caída libre”, dijo y anunció que el Presupuesto que el macrismo envió en septiembre pasado “no tendrá tratamiento parlamentario. “Sus números no reflejan ni la realidad macroeconómica, ni las realidades sociales, ni los compromisos de deuda que realmente han sido asumidos”, resaltó.

Dijo que, por el contrario, enviará al Congreso su propio proyecto aunque no precisó la fecha. “Un presupuesto adecuado solo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de nuestras deudas haya sido completada” y que “hayamos puesto en práctica un conjunto de medidas económicas, productivas y sociales para compensar el efecto de la crisis en la economía real”.

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