La sociedad actual está enfocada al completo desarrollo personal y disfrute con el propósito final de ser felices. La felicidad ya no es la meta sino una exigencia establecida. Esto implica la evitación de aquello que nos haga sufrir y la búsqueda del bienestar. Como tal esta la idea que se va transmitiendo a las siguientes generaciones. Sin embargo, durante el camino que supone la propia existencia nos encontramos innumerables baches que nos llevan al dolor y sufrimiento, siendo el mayor de ellos e inevitable que es la muerte.
Si este proceso es complejo para un adulto, es en los menores donde su adecuada gestión se hace fundamental. Por lo que se plantea es lo que significa el duelo infantil y ¿cómo explicar la muerte a un niño?
¿Cómo afecta la muerte a los niños?
Es en las etapas iniciales de la infancia cuando aparecen las primeras pérdidas; de una mascota, un abuelo y en el peor de los casos un padre o una madre. En esa incesante búsqueda de felicidad y exceso de protección a los más pequeños, se evita hablar del tema. Con ello, se ha creado la errónea idea de que eso significa evitar el dolor. La realidad es que una mala gestión de las emociones en los niños puede originar el desarrollo de otros trastornos más complejos como la depresión o ansiedad a edades muy tempranas.
El duelo es el proceso que experimenta la persona que ha perdido a un ser querido. Su desarrollo y progreso dependerá en gran medida de cómo se ha gestionado ese duelo para superarlo de manera efectiva. Si en este proceso no se han utilizado las estrategias de afrontamiento adecuadas, puede llegar a desencadenar otros trastornos psicológicos, para lo que se necesitaría ayuda psicológica. La psicóloga especializada en Terapia Infantil y Adolescente en Psicólogos Málaga PsicoAbreu Lucía Ferrer, destaca la importancia de la ayuda prestada por los familiares del menor para desarrollar unas habilidades y estrategias adecuadas que le permitan afrontar de forma eficaz la pérdida. Esto le permitirá seguir su normal desarrollo emocional y social.
El concepto de la muerte para los niños es algo abstracto. Éste depende de su edad cronológica, su desarrollo emocional, cognitivo, de la educación recibida e incluso, según sus creencias religiosas. Los niños notan éstas pérdidas, pero su manifestación es diferente a la de los adultos. Sus emociones son más intensas, pero no son capaces de identificarlas y ponerles nombre a la pena, la angustia, la nostalgia y el dolor.
Pautas para favorecer el duelo infantil
- Intentar dar respuesta a sus dudas de la manera más sincera y directa posible.
- Utilizar un vocabulario ajustado a su edad y sencillo para explicarles la naturaleza de la muerte como parte del ciclo vital. Explicarlo como un proceso natural, irreversible que les permita comprender la pérdida.
- Permitirles expresar sus emociones y ayudarles a comprenderlas. Compartir con ellos sus sentimientos y miedos, así como, dejarles llorar cuando lo necesiten para que se sientan apoyados y poder completar el duelo.
- Hablar de la persona fallecida rememorando momentos, vivencias, experiencias y anécdotas con naturalidad. Les permite asumir que ya es sólo un recuerdo, que no va a volver, pero quedan buenos recuerdos que permanecerán siempre con ellos.
- Retomar la rutina diaria lo antes posible para favorecer la estabilidad con la vuelta a la normalidad. La vida ha cambiado, pero volver a los hábitos y rutinas que había previos a la pérdida les ayudará a seguir su camino en esta nueva etapa.