Blanca Ruibal de Amigos de la Tierra habla en esta entrevista, durante la COP25, de la urgente necesidad de tomar medidas contra el cambio climático y de cómo ello, al mismo tiempo, se convierte en una oportunidad para construir una sociedad global más justa e igualitaria, en la cual -por cierto- no hay lugar para la energía nuclear.
Transcripción de la entrevista
Es evidente que el cambio climático es un hecho. Existe mayor consenso científico, político, social y entre la ciudadanía de la urgencia de actuar y también tenemos mucha claridad de que esos cambios deben ser, además de muy rápidos, muy profundos.
Va a haber próximamente una transformación radical de nuestra economía y de nuestras sociedades y, en este sentido, pese a la urgencia, pese a los graves impactos que ya están existiendo, también podemos ver esto como una oportunidad; una oportunidad de avanzar hacia sociedades más justas y más igualitarias.
Actualmente vivimos en un momento, en un sistema profundamente injusto. Este sistema está a la vez causante de la emergencia climática en la que estamos y sabemos que tenemos que cambiarlo. Por lo tanto, si realmente conseguimos avanzar en términos de justicia climática y de equidad, estaremos haciendo un cambio muy sustancial y profundo de lo que somos como sociedad y como civilización.
Transición justa
En este sentido, es fundamental el concepto de transición justa. El cambio climático tiene un impacto desigual tanto por regiones como por clases sociales, etc. Ahora, evidentemente está afectando mucho más a las comunidades del sur global y está afectando más en todo el mundo a las clases populares y más desfavorecidas.
Las soluciones están ahí: reducir emisiones, abandonar los combustibles fósiles… y es una oportunidad para que realmente todas las personas del mundo tengamos acceso a una buena alimentación, un transporte razonable y, en general, una buena vida porque efectivamente la enorme concentración de poder y de contaminación y de gases de efecto invernadero tiene que terminar y, por eso, podemos avanzar hacia sociedades más justas.
Sobre energía nuclear
Yo creo que lo que sucede con la energía nuclear es que el debate del cambio climático nos ha desbordado, y teníamos un debate en torno a la energía nuclear relacionado con su seguridad, con la condena para las generaciones futuras, con los residuos nucleares, etc. y, de pronto, cuando estábamos en ese debate relacionado con la seguridad, se ha venido un debate mucho mayor, que es el de dónde vamos a sacar la energía. Sin embargo, yo creo que para las personas, las organizaciones no solo ecologistas sino también implicadas en la justicia social en todo el mundo, no cabe duda de que la energía nuclear no es un debate, que la energía nuclear no es una alternativa porque precisamente, en los cambios que queremos emprender para afrontar el cambio climático para adaptarnos y para cambiar nuestra sociedad, no existe la opción de dejar semejante legado a generaciones y generaciones y generaciones futuras. A veces, hay debate de si las emisiones de la nuclear… pero yo creo que seguimos teniendo, quizás hay menos presencia a nivel mediático o incluso en las discusiones, pero estoy convencida de que todas las organizaciones, todas las personas y movimientos tenemos el mismo convencimiento que hace 40 años o 50, por otros motivos diferentes, de que no es una alternativa y lo acabamos de decir en el caso de España: las nucleares tienen que cerrar todas de manera definitiva en 2025.
Justicia climática
No hay más. Es por eso que hablamos de justicia climática cada vez que hablamos de reducción de emisiones, a la vez siempre estamos hablando de un reparto justo de las responsabilidades. Es evidente que los países del norte, que los países ricos, que España y que los países europeos hemos construido nuestra sociedad y nuestra economía a costa de los recursos naturales y de las personas de otros países y que nuevamente, entonces, no nos podemos sentar como iguales en una mesa a reducir emisiones. Por eso, se habla de justicia climática.
La justicia climática implica muchas cosas y, por supuesto, el pagar esta deuda ecológica que tenemos y pagarla en cuanto a la responsabilidad que tenemos de reducir emisiones.
Es fundamental el tema de la responsabilidad compartida. Es decir, qué presupuesto de carbono tenemos disponibles y es evidente que los países ricos lo hemos gastado ya en 200 años de contaminar y de industrialización y que los países más empobrecidos. y que los países del sur global tienen derecho a seguir emitiendo por esta cuestión de la responsabilidad histórica.
Responsabilidad histórica del Norte Global y financiación de la transición ecológica al Sur Global
Y también es fundamental la financiación. Es fundamental que nos hagamos cargo de nuestra responsabilidad histórica en crear la crisis climática que tenemos en lo alto y, para eso, debe existir un flujo financiero fuerte y suficiente de los países del norte a los países del sur, de esa manera los países del sur podrán tener un desarrollo limpio y, de esa manera, también podrán afrontar las pérdidas y los daños que ya están sufriendo porque son quienes realmente sufren el cambio climático en primera línea.
Cuando hablamos de transición justa pues, a veces, nos centramos mucho en el nivel estatal o en el nivel europeo y seguramente nos vienen a la cabeza esta idea de los mineros [en referencia a España], que se quedan sin trabajo, la industria del automóvil que ya no puede fabricar [coches] diesel… se van a perder empleos por ahí o no. Efectivamente eso es una cuestión fundamental cuando nos referimos a transición justa, el no perder empleos, etc. Pero también está esa otra cuestión territorial, entre el medio rural y el medio urbano y aprovechar para revertir la despoblación pero, por supuesto, cuando hablamos de transición justa tenemos que pensar a nivel global, y es una responsabilidad histórica que tenemos los países del norte respecto a los países del sur global a eso nos referimos también con esa transición justa y eso es lo que pedimos cuando pedimos justicia climática.