El Waterpolo Málaga cae en un final cruel a falta de 37’’ (15-14) tras un partido para enmarcar y con mucho mérito
El equipo sólo viajó con nueve jugadores, al tener tres bajas importantes por cuestiones laborales, y contar con solo dos efectivos en el banquillo
Destacar a Miquel Moyano y Petre Dumitru, con ocho dianas entre ambos, y la lucha del equipo hasta el último segundo
A FALTA DE 37 SEGUNDOS
El Club Deportivo Waterpolo Málaga cayó en tierras catalanas este fin de semana ante el CN Rubí, uno de los colosos de la Liga de Primera Nacional, que se coloca líder momentáneamente y que siempre se ha codeado en la parte alta de la clasificación. 15-14, todo un Everest, todo un partidazo y con el hándicap de contar con tres bajas importantes, únicamente nueve jugadores en la expedición y dos de banquillo. Sito, Nahuel y Samu se quedaron en casa por cuestiones laborales.
Los catalanes tomaron la iniciativa, aprovechando mejor las superioridades y siendo más eficaces en las inferioridades (cuatro en el primer cuarto), llevándose el primer parcial y ‘ahogando’ a los malagueños en defensa. 2-1 y dos goles seguidos del local Carrasco al inicio del segundo hacían más cuesta arriba la empresa. Ahí empezó el recital goleador de Petre Dumitru y Miquel Moyano, que añadieron ese plus para quedar al descanso a una distancia razonable (8-5).
Con la dinámica de Moyano, Juanlu Aróstegui y Simón Cisneros se unieron a la eficacia goleadora en rápidos ataques, con tres goles en apenas 50 segundos que otorgaban más emoción al partido; daban buena cuenta de lo enorme que lo están haciendo los malagueños y pusieron contra las cuerdas al poderoso Rubí.
Así siguió el último periodo, con una remontada que parecía una auténtica ascensión a un duro pico y los malagueños combinaron mejor la transición defensa-ataque para arribar a un 14-14 espectacular y que arrancó muchos aplausos en la grada. A punto de alcanzar la cima, se notó el cansancio y las bajas, con un final cruel que fijó el 15-14 a falta de 37 segundos.
Un enorme esfuerzo para quedarse en la orilla, pero también para seguir afirmando que esta temporada es diferente y que codearse con los grandes empieza a ser una costumbre.