Cinco andaluces han recibido ya terapia T-CAR desde que en verano de 2019 el Ministerio de Sanidad y Consumo designara el Hospital Universitario Virgen del Rocío como uno de los centros de referencia a nivel nacional para aplicar esta compleja técnica en el tratamiento de pacientes diagnosticados de linfoma difuso de células grandes o leucemia aguda mieloblástica.Todo ellos se encuentran de alta en su domicilio y no han sufrido complicaciones graves.
El tratamiento consiste en obtener de la sangre del paciente millones de glóbulos blancos llamados linfocitos T (los soldados del sistema inmunitario) y reprogramarlos para que expresen en su superficie receptores especiales llamados CAR (receptores de antígenos quiméricos), lo que les permite reconocer y destruir células leucémicas. Es decir, modifican las defensas del paciente para que ataquen y eliminen las células malignas. En pacientes con leucemia aguda linfoblástica logran un 80% de remisiones completas según algunos ensayos clínicos.
El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, ha celebrado que Andalucía se sitúe como «comunidad autónoma de referencia en la aplicación de esta innovadora y compleja técnica» que abre un «hilo de esperanza para el tratamiento oncológico». El consejero también ha señalado la «firme apuesta» del Gobierno autonómico por impulsar «la mejora de tratamientos y técnicas que ofrezcan una mejor atención a los andaluces».
Los profesionales del servicio de Hematología, liderados por el doctor José Antonio Pérez Simón, son uno de los primeros en España en aplicar esta terapia celular y génica avanzada. Para ello, han completado un proceso de formación especializada disponible únicamente en otros siete hospitales del país, en el caso de pacientes adultos y otros tres en caso de población pediátrica.
La implementación de estas terapias en el Sistema Nacional de Salud supone todo un reto dado que la infusión de estas células requiere de equipos con experiencia en trasplante hematopoyético e incluyen, además de hematólogos, intensivistas, neurólogos, inmunólogos, farmacéuticos, farmacólogos clínicos, entre otros. Por tanto, los centros designados por el ministerio para utilizar esta terapia CAR deben disponer de equipos multidisciplinares capaces de afrontar la complejidad del procedimiento. Por otra parte, el desarrollo de esta terapia abre un nuevo escenario de colaboración público-privada, ya que en se dispondrá de T-CAR comercializados por algunas empresas farmacéuticas y de T-CAR desarrollados en centros académicos.
Hasta la fecha, los hematólogos del Virgen del Rocío han empezado a utilizar los T-CAR comerciales en cinco pacientes con linfoma difuso de células grandes procedentes de Sevilla, Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María, y Huelva. Además, han incluido a otra persona que padece un linfoma folicular en un ensayo clínico con linfocitos T-CAR para validar los beneficios que pudiera tener esta técnica en este subtipo de cáncer de la sangre.
A partir de ahora, y durante tres meses, tendrán que someterse a consultas de seguimiento y reevaluación en el Hospital Universitario Virgen del Rocío hasta que puedan continuar con revisiones ambulatorias en los servicios de Hematología de su hospital de referencia. Aun así, tendrán controles al año y al año y medio en el hospital sevillano antes de darlos de alta.
En todo este proceso, desde que ingresa el paciente para someterse a la infusión hasta que se le da de alta, aproximadamente dos semanas después, interviene un equipo de especialistas en Hematología, Neurología, Medicina Intensiva, Farmacia, Farmacología Clínica e Inmunología.
La revolución continúa: TCAR ‘made in Sevilla’
Además de las actuales indicaciones, en el medio plazo la terapia T-CAR probablemente se empleará en el tratamiento de otras neoplasias hematológicas, como el mieloma múltiple y, a más largo plazo, esta tecnología podría también utilizarse en el tratamiento de pacientes con otros tipos de tumores sólidos.
Por otro lado, los especialistas de referencia en Sevilla están trabajando, junto a investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS), y personal de la Iniciativa andaluza en terapias avanzadas en la fabricación con medios propios de linfocitos T-CAR académicos. Según sus previsiones, este mes de diciembre podrán validar los primeros T-CAR producidos en el campus sevillano, con idea de poder administrarlo a los pacientes el año próximo.
Para ello, están utilizando tecnología de vanguardia como el sistema Prodigy, un equipo que incorporó este año la Unidad de Terapia Celular del Hospital Virgen del Rocío. Todo este procedimiento se desarrolla en varios laboratorios acreditados que incluyen instalaciones del propio hospital, del IBIS, del centro regional de hemodonación, la Iniciativa andaluza en terapias avanzadas, lo que refleja la complejidad del proceso y la necesidad de trabajo inter-institucional y trans-disciplinar, que incluye personal altamente cualificado de perfil investigador y médico.
Además, el equipo de profesionales del Hospital Universitario Virgen del Rocío e IBiS lleva varios años trabajando en esta área con la finalidad de ampliar el uso de la terapia T-CAR en otros tipos de leucemias y cáncer en general, así como en la mejora de las técnicas para la elaboración de los T-CAR. Igualmente, se está investigando su uso en la profilaxis y tratamiento de la enfermedad injerto contra receptor, una de las complicaciones más graves tras el trasplante hematopoyético.
La implementación de todo este complejo proceso ha sido posible gracias al apoyo decidido de la dirección del propio hospital y del IBiS, donde se trabaja en una nueva sala P3 que permitirá la producción de vectores génicos necesarios para la producción de T-CAR, colocando a Andalucía en la vanguardia de esta revolucionaria terapia.
Finalmente, esta iniciativa ha sido también posible gracias al apoyo de fundaciones privadas como la creada por Eva Luna, promotora del evento ‘Enmascarados’ en Sevilla, que permitió la recaudación de fondos para apoyar esta línea de investigación y tratamiento, lo que supone «todo un ejemplo de colaboración entre las instituciones y los ciudadanos».