Más de 50 alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato han participado en el Torneo Nacional de Debate Escolar, organizado por EducACCIÓN y Cánovas Fundación, con la colaboración de UNED Madrid, con el objetivo de analizar las fortalezas y amenazas del actual modelo educativo en España.
IES Puerta de la Axarquía, San Estanislao de Kostka de Málaga y Madre Asunción han sido los equipos que se han alzado con el trofeo de campeones del Torneo en cada uno de los bloques de contenido (futuro, bienestar y normativa). Los tres, acompañados por los subcampeones, SEK Ciudalcampo, Buen Pastor y CI Torrequebrada, expondrán sus argumentaciones en el I Congreso Internacional de Educación, que se celebrará en Málaga los días 18 y 19 de marzo de 2020.
Futuro, bienestar y normativa. Éstas han sido las tres caras del triángulo de contenidos sobre el que ha girado el Torneo Nacional de Debate Escolar que ha tenido lugar en la sede Gregorio Marañón del Centro Asociado de la UNED en Madrid. Los 12 equipos participantes aterrizados desde diferentes puntos de la geografía nacional llegaban a Lavapiés con un sentimiento compartido de nervios, ilusión y responsabilidad. Responsabilidad por hacer una defensa o un ataque sincero, completo y constructivo sobre la realidad que viven alumnos, profesores y sociedad: las patas principales que sustentan el sistema educativo.
Antonio Zapardiel, director del centro asociado a la UNED en Madrid, dio la bienvenida a los alumnos y defendió el valor de los debates en el seno de la educación y la Universidad. Por su parte, el director general de Cánovas Fundación y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Málaga, Pablo Sánchez, recordó a los alumnos participantes la dinámica del formato y las bases del reglamento.
Futuro
En el primer bloque de contenidos a debatir se ha hablado de perspectivas de futuro. En este sentido, la organización ha planteado a los equipos participantes la siguiente cuestión: ¿estamos capacitando a nuestros alumnos para el futuro que les va a tocar vivir?
Entre los argumentos a favor con más fuerza los alumnos han defendido que el actual modelo de enseñanza va más allá del conocimiento y promueve el espíritu crítico de los alumnos, proporciona las herramientas necesarias para buscar oportunidades en el mercado laboral y conciencia y forma en materia de idiomas. Además, valoran la importancia de implicar a los padres y madres en la jerarquía de los centros de enseñanza a través de figuras asociativas como el AMPA. Respecto a la formación en materia de TIC’s afirman que “no nos forman como máquinas, nos forman para que manejemos las nuevas tecnologías y no sean ellas las que nos manejen a nosotros”.
Los argumentos contrarios al modelo actual han puesto sobre la mesa las deficiencias de los métodos actuales de memorización, a semejanza de las máquinas “el sistema educativo nos está enseñando a ser robots, pero nunca podremos competir con las máquinas. Es más, en un futuro seremos reemplazados por ellas en muchos nichos de actividad”, afirmaron los detractores. Denunciaron, a su vez, una involucración excesiva de los padres y madres: “cada profesor debería ser el único involucrado y con derechos para decidir sobre su programa y método. Vemos cómo en los centros de enseñanza privada, los padres tienen mucho poder por el hecho de que son los que pagan y esto desvirtúa en gran medida los pilares morales y éticos del sistema”. “Un sistema que nos lleva a la bulimia académica. Vomitamos los que se nos dice y no se nos enseña a pensar y razonar por nosotros mismos, ni tampoco se nos dan las herramientas necesarias para que desarrollemos un espíritu crítico”.
Bienestar
El segundo bloque se ha centrado en el bienestar de los alumnos. La cuestión planteada en este caso era: ¿promueve nuestro sistema educativo el bienestar de los alumnos?
“El Estado sí promueve el bienestar porque ofrece al alumnado una educación integral y una adecuación”, comentaban los defensores del modelo actual. “El Gobierno implanta cambios continuos para la mejora educativa como el bilingüismo, la formación en nuevas tecnologías, etc., aseguraban.
En el lado opuesto, sus detractores denunciaban que el sistema actual tiene muchas desigualdades territoriales y conduce sobre las carreteras de la riña, el castigo y el estrés (un 47% del alumnado sufre ansiedad, según el informe Student Wellbeing Matters publicado por el grupo GSA -Global Student Accommodation-). Sobre este punto aseguraban que el desequilibrio fomenta que los alumnos se desmotiven. “España tiene la tasa más alta de absentismo escolar porque el alumnado no está motivado”. Otra de las debilidades que perciben es que la mayoría de los centros están más enfocados a enseñar, que preocupados porque los alumnos aprendan y han añadido que en el ámbito laboral hay una importante tasa de trabajadores infracualificados. Por último, han defendido que las ocho leyes aplicadas desde que se legisla sobre Educación en nuestro país no han garantizado el bienestar educativo.
Estructura
¿Es adecuada la normativa educativa actual? El equipo de alumnos que protagonizaba la defensa del modelo tradicional ha señalado que la Ley “está hecha para todo el mundo, para que todos tengamos las mismas posibilidades”. “La normativa estandariza la educación en toda España. Ofrece adecuación diversificada y personalizada. Está pensada para mejorar los resultados académicos de las personas”. “La LOMCE impone mismos contenidos y mismas competencias a todos los alumnos, independientemente de su territorio”, aseguraban, y España está produciendo a alumnos formados. “Es la educación la que debe transformar la sociedad y no adecuarse a ella”, finalizaban.
El contrapunto de todas estas argumentaciones ha venido de la mano de los equipos contrarios que alertaban de que la normativa no responde a las necesidades de los agentes implicados: alumnos, profesores y sociedad. Hablaron de desigualdad territorial, injusta para los alumnos, la falta de preparación del profesorado en materia de nuevas tecnologías y la falta de motivación vinculada a que no se sienten bien formados para desempeñar su trabajo.
“Si queremos mejorar el sistema tenemos que atacar a la raíz del árbol (la normativa). El Plan para combatir el fracaso escolar, fracasa estrepitosamente, como demuestran los datos. ¿De qué nos sirven unos buenos resultados académicos si después no enlazan con las necesidades del mercado laboral?, se preguntaban. “Necesitamos mismas oportunidades para todo el mundo y unos buenos profesionales para que la sociedad avance”, cerraban.