La cotorra argentina es catalogada en España como una especie exótica invasora. En los 80 era considerada el mejor animal de compañía, pero hoy por hoy es el más amenazador para el ecosistema.
Un estudio realizado por la Sociedad Española de Ornitología señala que el primer problema que constituyen es de seguridad, ya que sus nidos, que pueden llegar a pesar hasta 200 kilos, presentan un riesgo de caída desde gran altura.
El censo de cotorra argentina en Madrid crece un 33 % en los últimos tres años. Los informes técnicos piden una actuación rápida para controlar la expansión de estas aves por la amenaza que suponen para el ecosistema y la salud de las personas. https://diario.madrid.es/blog/notas-de-prensa/el-censo-de-cotorra-argentina-en-madrid-crece-un-33-en-los-ultimos-tres-anos/ …
Por eso, el delegado de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, anuncia un plan radical para exterminar a la especie dotado con 100.000 euros, es decir, unos 7 u 8 euros por cotorra.
La campaña integral de exterminio se centra en tres ejes de actuación: captura, sacrificio y esterilización de los huevos, según detallan desde el Consistorio.
Los expertos y ecologistas aceptan acabar con las cotorras argentinas en Madrid pero discrepan en el método.
Desde la jefatura del Servicio de Biodiversidad, responsable de esta campaña, se apunta a que lo ideal para acabar con una especie invasora es reducir a cero el número de ejemplares, pero reconoce que eso será imposible, por lo que aspira a dejar la población de cotorras en 500 especímenes.
Este número es para el coordinador del área de Ciencia Ciudadana de la Sociedad Española de Ornitología (SEO), Juan Carlos Moral, un absoluto error. «O las eliminas todas o nada, porque en tres años volverán a reproducirse y tendremos que pagar el problema más adelante», indica.
Desde el área de Ciencia Ciudadana de SEO Birdlife aseguran que «exterminar» es la única solución. Sin embargo, la organización Ecologistas en Acción cree que «controlar» es la mejor alternativa.
Hasta el momento el Ayuntamiento de Madrid había llevado a cabo planes de reducción del número de cotorras y de retirada de nidos, pero ninguno de exterminio.