La Policía Nacional ha desarrollado en Fuengirola la operación ‘Camerita’, que ha permitido detener a un hombre por simular ser víctima de un secuestro y de un robo con intimidación.
Así, el denunciante, conductor de un vehículo de transporte, contó que había sido agredido y amenazado por un cliente, quien tras intimidarle y robarle le llegó a un club de alterne, reteniéndole en contra de su voluntad. Incluso señaló que el cliente le obligó a vender una moto y entregarle el dinero obtenido por la venta.
El hombre relató a los agentes que le forzó a consumir sustancias estupefacientes y que, tras gastarse todo el dinero, le obligó a desplazarse en taxi hasta la casa de un amigo para venderle una moto; allí, y siempre según la versión del denunciante, bajo coacciones realizó la venta entregándole el dinero obtenido en la transacción con el fin de que siguiera consumiendo droga y manteniendo relaciones sexuales con las mujeres del club, han informado desde la Policía Nacional.
Justamente cuando su captor decidió finalizar en el club, le obligó a subirse con él en un taxi que los llevó hasta un garaje donde el agresor, tras amenazarle, le introdujo de forma violenta en un trastero durante varias horas.
Por los hechos relatados, los investigadores iniciaron las gestiones tendentes a su esclarecimiento. Tras numerosas pesquisas, los agentes pudieron determinar que el denunciante no estuvo retenido en contra de su voluntad en ningún momento y que había entregado el dinero de la venta de su motocicleta voluntariamente, como consecuencia de un trato que habían realizado anteriormente.
Además, han indicado desde la Policía Nacional, se pudo demostrar que todo lo ocurrido surgió de una noche en la que la supuesta víctima y el presunto agresor, que se conocían con anterioridad, decidieron ir a un club de alterne y allí, tras consumir drogas, mantuvieron relaciones con varias de las mujeres del club.
Después de la noche de fiesta, donde el denunciante se gastó el dinero de la recaudación de la empresa para la que trabajaba y el dinero de la venta de su moto, decidió denunciar a su compañero de juerga con el fin de justificar el gasto realizado y el lugar en el que permaneció durante todo el tiempo. Con todos los indicios recabados, los agentes detuvieron al denunciante por un delito de simulación de delito.
La Policía Nacional quiere concienciar a la sociedad de la gravedad de las simulaciones de delito no sólo por el perjuicio de dedicar recursos públicos a la investigación de denuncias falsas, sino porque dichos recursos públicos materiales y humanos son detraídos de la investigación de delitos y faltas reales. «Fingir ser víctima de un ilícito penal constituye un delito», han recalcado.