La India y Bombay son puntos clave en el tráfico mundial de personas.
En la ciudad india se calcula que existen hasta 180.000 menores de edad víctimas de redes de tráfico humano
En el Día Mundial contra el Tráfico de Personas, Sonrisas de Bombay demanda mayor responsabilidad a los países occidentales para frenar esta actividad, que genera explotación y desigualdad
El tráfico de personas es una actividad ilegal que genera más de 15.000 millones de dólares anuales de beneficio en todo el mundo, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La India es uno de los países con mayores índices de tráfico de personas en todo el mundo, y en particular Bombay, donde hasta 180.000 niños y niñas se calcula que son víctimas de esta situación, según ECPAT Internacional[i]. Asimismo, hasta 400.000 personas, en su mayoría mujeres, estarían inmersas en alguna forma de tráfico que se aprovecharía económicamente de ellas.
La pobreza y la desesperación de las familias son las dos circunstancias que aprovechan las redes de tráfico de personas para alimentar un negocio que proporciona enormes beneficios, especialmente cuando se orienta a la explotación sexual. Más del 80% del tráfico humano que existe en la India tiene fines de explotación sexual por parte de demandantes tanto locales como extranjeros, según un estudio de la Fundación SCELLES. Este mismo estudio comprobó que, sólo en Bombay, una mujer forzada a ejercer la prostitución genera 13.000 dólares anuales de beneficio a sus explotadores.
El 55% de los traficantes se aprovechan de la necesidad de las víctimas, a quienes prometen mejores oportunidades de vida. Ellas, en su mayoría mujeres que proceden de regiones pobres del país y de Nepal o Bangladesh, son captadas a edades comprendidas entre los 10 y los 13 años y pueden llegar a sufrir esta situación de semi esclavitud durante toda su vida, sin posibilidad de huir o denunciar a sus captores.
La situación no mejora. Según algunas investigaciones[ii], el número de víctimas de tráfico humano en Bombay sigue creciendo. Las operaciones policiales de rescate de víctimas se han multiplicado en los últimos años, pero inmediatamente nuevos explotadores y nuevas víctimas pasan a ocupar su lugar. Pese a la legislación india, que prohíbe taxativamente “el tráfico de seres humanos y otras formas similares de trabajo forzoso”, no se consiguen atajar las causas de fondo, que no son otras que la pobreza extrema y la demanda constante de actividades ilegales.
La respuesta de Sonrisas de Bombay
Jaume Sanllorente, fundador de Sonrisas de Bombay, afirma que «es básico empoderar a las personas que han vivido en primera persona esta lamentable realidad y aumentar la información y protección en las aldeas y zonas donde la mayoría de estas menores son vendidas, a veces como consecuencia de engaños; otras como resultado de una familia que quiere desprenderse a toda costa de la hija que ha nacido mujer».
En este sentido, Sonrisas de Bombay subraya la necesidad de seguir recordando la parte de responsabilidad que tienen los países occidentales respecto a este problema. Es necesario aumentar la información y la concienciación entre la sociedad de que el tráfico humano es una industria, aunque ilegal, que responde a la demanda; que está instalada en las cadenas de producción de la economía mundial y que el silencio es cómplice de que se reproduzca este tipo de crimen organizado que genera más pobreza, más exclusión y más desigualdad.
Sonrisas de Bombay trabaja en Kamathipura, considerado el barrio de prostitución más grande de Asia, con mujeres víctimas de tráfico humano y con sus hijos e hijas. Se trabaja desde el rescate y la acogida de estas mujeres, su atención y tratamiento de los problemas de salud mental y adicciones que sufren, hasta el trabajo relacionado con su reintegración social o el retorno a sus hogares. En cuanto a sus hijos e hijas, Sonrisas de Bombay facilita su incorporación al sistema educativo desde preescolar, con el fin de evitar que ellos y ellas también sean captados por mafias de tráfico. El aspecto educativo también se facilita a las madres, que acceden a talleres formativos para que puedan recuperar su autonomía económica y vivir de forma independiente.
Acerca de Sonrisas de Bombay
Sonrisas de Bombay es una ONG que centra su acción desde hace catorce años, en la lucha pacífica contra la pobreza y por los Derechos Humanos en las zonas más deprimidas de Bombay. La lucha contra el tráfico humano y el apoyo a niños y niñas de familias sin hogar son el marco principal para sus proyectos, de los que ya se han beneficiado más de 10.000 personas. Más allá de los proyectos realizados con las comunidades más desfavorecidas, la Fundación impulsa campañas y acciones de sensibilización y educación para el desarrollo, para dar a conocer y, a la vez, denunciar las vulneraciones de derechos y la exclusión que millones de personas sufren en esta ciudad. Casi 3.000 socias y socios colaboradores apoyan este proyecto de lucha contra la pobreza.