¿Alguna vez has escuchado o pronunciado frases como «Te amo para morir», «eres la única razón en mi vida» o «sin ti, estoy muerto»? Estas son frases que a menudo escucho en mi consulta como psicólogo en Centro Te Motivan
Al comienzo de una relación romántica, los hombres y las mujeres a menudo son «víctimas» que desconocen lo que puede definirse como amor adolescente.
Ese tipo de sentimiento que se despeja y lleva a dirigirse solo al otro, te amo tanto que me identifico totalmente contigo y de alguna manera me olvido de mí mismo.
En mis consultas psicológicas en Centro Te Motivan, la gente a menudo me habla de su dificultad para poder decirle no a su pareja, en este proceso de reacciones en cadena de respuestas y conductas que tienen poco que ver con el bienestar psicológico.
Al comienzo de una relación romántica, solo existe un incondicional. Sí, todo parece unir a la pareja de amantes (y para los amantes me refiero a dos personas que se aman): gustos, pasatiempos, gestión del tiempo libre, hábitos. Una vez transcurrido el período de esta infatuación, caracterizada más por el instinto que por la racionalidad, algunas personas se encuentran «despertadas» por este sopor y se enredan en una relación formada por deberes e incondicionales.
Para que una pareja trabaje en la vida cotidiana es absolutamente necesario que se preserve la individualidad. Los miembros de la pareja deben ser vistos como dos unidades individuales que caminan en paralelo y no como dos personas en simbiosis entre sí.
¿Qué puedes hacer a nivel práctico para mantener tu individualidad dentro de la pareja?
A menudo, a mi consulta, llegan personas que ya no pueden decir «no» mientras aman, personas que necesitan recuperar el control de su ser en la pareja para amar. De una manera saludable. Delimitar sus propios espacios, tomar sus propios momentos de libertad y autonomía, recordarse a sí mismo incluso cuando está con su pareja, son aspectos en los que el psicólogo puede ayudarlo. Atención, esto no significa de alguna manera «traicionar» a la pareja de uno hablando mal, al contrario. Significa actuar con la ayuda de un psicólogo para recuperar ese estado y la condición que hizo que otros se enamoraran. Es una reanudación de la relación de uno con respecto al bienestar psicológico de uno.
Carlos Casaleiz