Tal vez estamos en el supermercado, en la fila de la oficina de correos, caminando por el centro de la ciudad o más simplemente en nuestro sofá cuando se produce un ataque de pánico por primera vez.
No sabemos cómo manejarlo y cuando terminará, solo sabemos que existe un gran temor de morir o perder el control sobre nosotros mismos, sentimos mareos, aumenta la sudoración y el latido del corazón parece volverse loco, sentimos un hormigueo en nuestras manos o boca seca.
Este es un ataque de pánico típico.
Nos preguntamos por qué sucedió, de qué depende y cuándo volverá …
A partir de ese momento crece el miedo de que pueda volver a ocurrir y entramos en estado de alerta.
Tal vez todavía ocurra y lentamente comencemos a poner en práctica intentos de tratar de «resolver» la situación o, al menos, de «detenerla», de controlarla para que nuestra vida no sea imposible de vivir.
Aquí pedimos ayuda a quienes nos rodean, hablamos sobre nuestro problema para tratar de desahogarnos y relajarnos, evitamos los lugares donde creemos que el ataque puede ocurrir con mayor facilidad y monitoreamos constantemente nuestro estado físico y mental.
Todo esto no hace más que empeorar nuestra situación, porque nos hace depender de los demás, los seres humanos encerrados por el temor de frecuentar ciertos lugares y sujetos que se inclinan sobre sí mismos en busca de las señales que provienen de su propio cuerpo, como un títere roto. La mirada se vuelve hacia adentro.
El pánico a menudo nos lleva a esta trampa.
Además del miedo, también hay desaliento, porque a menudo parece que los demás no nos entienden y, además, cuanto más intentamos mejorar, las cosas empeoran.
¿Cómo comportarse?
De acuerdo con el punto de vista típico de la terapia estratégica breve, en este momento no es fundamental encontrar las causas desencadenantes, que podríamos ver más adelante en el curso de una terapia, pero tratar de salir de la trampa en la que caímos.
Imagínese … es como si hubiéramos caído en un agujero profundo, ¿estamos más interesados en encontrar maneras de salir o saber de inmediato cómo nos las arreglamos para caer allí?
Un viaje terapéutico puede ayudar a resolver este problema y restaurar la serenidad.
Trabajando en nosotros mismos, aprenderemos qué comportamientos pueden ayudarnos y cuáles no hacen nada más que hacernos daño.
El pánico es un problema que puede resolverse, solo se necesita la conciencia de que la ayuda es fundamental.
Hay varios enfoques psicoterapéuticos que pueden ayudar a aquellos que sufren ataques de pánico, terapia breve, el enfoque cognitivo-conductual son solo un par de ejemplos, es fundamental elegir el que nos parezca mejor, porque todos tenemos el derecho a vivir una vida lo más serena posible: «Todo es difícil antes que simple» (T.Fuller).
Nosotros podemos ayudarte en este problema.
Psicólogo Centro Te Motivan