En un comunicado del pasado 9 de mayo, publicado en la página web de la compañía, se comunica el fuerte descenso en el número de pasajeros, especialmente en los vuelos nacionales: el Estocolmo Arlanda Airport perdió el 19% de los pasajeros en abril en comparación con el mismo mes del año anterior; el aeropuerto de Goteborg Landvetter, perdió el 22%; el aeropuerto de Bromma Estocolmo, cayó un 4%. En cifras absolutas, el descenso ascendería a más de 170.000 pasajeros.
Esto no es un descenso de un mes. De la tabla producida por Swedavia [ver abajo] también los datos de enero-abril de 2019 comparados con el mismo periodo de 2018 muestran una tendencia «catastrófica» desde el punto de vista comercial: tráfico europeo (Europatrafik) menos el 3%, tráfico con el resto del mundo (Ovriga varlden) menos el 9%, tráfico doméstico (Inrikes trafik) menos el 8%. En términos generales, una disminución de unos 650.000 pasajeros.
Suecia no admite directamente el vínculo entre la tendencia adoptada cada vez por más suecos, es decir, la de preferir no volar o elegir el uso del tren en lugar del avión, el cual es mucho más contaminante, pero, en la misma declaración en la que admite la disminución del tráfico, anuncia medidas ecológicas como «los diez aeropuertos suecos deben tener cero emisiones de dióxido de carbono fósil en sus operaciones[sobre el terreno] para 2020» o que «el 5% de todo el combustible de aviación utilizado en los aeropuertos suecos está libre de combustibles fósiles para 2025».
Una página entera del sitio del aeropuerto de Arlanda está ahora dedicada al cuidado del medio ambiente (calidad del aire, contaminación acústica, etc.) perseguido por el mismo.
SJ, la compañía ferroviaria sueca, está encantada con el aumento del número de pasajeros y está lanzando nuevas inversiones, y afirma en su página web que viajar en tren «ahorra mucho CO2 en comparación con viajar en coche o en avión».