Un Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Málaga ha estimado parcialmente la demanda presentada por el abogado Damián Vázquez, perteneciente a los servicios jurídicos de la asociación ‘El Defensor del Paciente’, y ha condenado al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a indemnizar a los padres de un menor con 110.000 euros por el fallecimiento de su hijo al no realizarle a tiempo un trasplante de médula pese a los síntomas y enfermedades que presentaba.
Según han precisado desde ‘El Defensor del Paciente’ a través de un comunicado, el menor nació el 7 de abril de 2005 mediante cesárea por pérdida de bienestar fetal, que transcurrió sin incidencia.
Asimismo, precisan que tuvo seguimiento en el Hospital Regional Universitario de Málaga desde los seis meses de vida, pero a pesar de que constaban antecedentes familiares, como que su abuelo padecía una insuficiencia de las glándulas suprarrenales –enfermedad de Addison–, el SAS «no hizo constar nada», sobre todo en las citas y exploraciones del endocrino, «donde no se molestaron ni preguntaron por sus antecedentes familiares».
De igual modo, en la demanda presentada por el abogado Damián Vázquez, colaborador de la asociación ‘El Defensor del Paciente’, se indicaba que no es hasta el día 7 de diciembre de 2010, «con una evidente demora de más de cinco años», cuando al paciente menor de edad le diagnostican la adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X, «siendo la única posibilidad para frenar la enfermedad realizar cuanto antes un trasplante de médula ósea, por lo que se solicita una consulta al Servicio de Hematología para la valoración de dicho trasplante».
Han señalado, además, que cuando se pide «ya es demasiado tarde, al superar el LOES el límite de nueve, por lo que no proceden al trasplante de médula, única solución médica posible en este caso» y que como se explicó en el juicio, «llega a un 95 por ciento de supervivencia a los cinco años si es diagnosticado de forma temprana».
En relación con los síntomas y cuando se constató la presencia de una hiperpigmentación cutánea de la piel del menor, el día 30 de agosto de 2007, con dos años y cuatro meses, acudió a la consulta de neuropediatría. Al parecer, el niño sufría caídas frecuentes y se observó que tenía una coloración morena de la piel, que llamó la atención el facultativo.
Para ‘El Defensor del Paciente’, según se indica en el comunicado, «es inaceptable que no se interpretase adecuadamente un síntoma tan absolutamente clave y característico como es la hiperpigmentación».
«Incluso –ha continuado el letrado– se vuelve a apreciar en consulta del mes de octubre y en sucesivas sin que se investigue adecuadamente, y conforme va aumentando el depósito de melanina por la enfermedad de Addison se va acumulando en los codos y mucosas, entre otros».
De igual modo, han añadido que pese a que el niño iba empeorando «no se realizó el más mínimo esfuerzo por el SAS para conocer su origen, por lo que existió un retraso diagnóstico de la enfermedad de Addison», añadiendo, además, que «una vez realizado este diagnóstico, el estudio siguiente habría sido diagnosticar la ALD-X, de forma rápida, lo que hubiera permitido el trasplante de médula al niño».
«Como todo se hizo tarde, cuando se dieron cuenta ya no pudo hacerse, y ello llevo finalmente a su desgraciado fallecimiento», han lamentado.
Han dicho que se podría haber salvado la vida del niño haciendo «a tiempo» una analítica de sangre en la que se estudiaran los ácidos grasos (AGCML) en sangre y una resonancia magnética nuclear craneal con contraste, prueba de elección para el diagnóstico y para el estudio del grado de afectación cerebral en esta enfermedad y haber sabido interpretar los claros síntomas del niño.
Además, han afirmado que la presencia de cinco o seis episodios de hipoglucemia con síncopes y pérdida de conocimiento que el niño presentó en un período de tres meses hasta enero de 2010, con episodios repetidos de hipoglucemia, «necesitaban preceptivamente un estudio complementario que no se hizo».
También, han dicho, se tardó seis meses en nueva cita para endocrino y para hacer las pruebas. Es más, han asegurado desde la Asociación que «cuando se solicita con evidente demora, no se realiza con carácter urgente, y cuando la hacen, además se equivocan y la hacen mal, al no solicitarse estudio adecuado, además de perder o no efectuar correctamente el transporte de la muestra analítica».
Cuando se llegó al diagnóstico y se valoró la posibilidad de tratamiento el día 29 de noviembre de 2010 «era muy tarde», han agregado, incidiendo en que «tras más de tres años de demora, se ataron cabos, y se relacionó la insuficiencia suprarrenal –que debió haberse diagnosticado en agosto de 2007– con la existencia de anormalidades neurológicas y una resonancia magnética alterada –que debió haberse realizado varios años antes–, y se estableció el diagnóstico de la patología del niño, pero ya se negaron a darle la oportunidad de un trasplante de precursores hematopoyéticos».
El letrado Damián Vázquez reclamó por «una evidente negligencia médica» y el juzgado ha dado la razón, «queriendo destacar el calvario de los padres, que además intentaron en su día ante los escasos medios económicos que tenían, solicitar ayuda para que su hijo fuera atendido en EEUU y poderle realizar el trasplante, siguiendo esa lucha hasta que falleció».
Además, el Consejo Consultivo de Andalucía en su dictamen solicitaba que se estimara la reclamación, «pero el SAS no hizo caso, lo que ha obligado a los padres a un peregrinaje judicial». La sentencia, de momento, no es firme.