Faltan tan solo 4 partidos para el final de la Liga 123, es decir la Segunda División del fútbol español. Uno de los campeonatos más complicados, en el que la competitividad es muy alta, está viviendo una temporada interesante en la que varios equipos están luchando para poder subir a Primera, el estadio más prestigioso del fútbol español.
Mientras el Osasuna se está encaminando hacia el primer lugar matemático, que otorgaría al equipo navarro el ascenso directo, detrás de los rojillos se está desatando una lucha entre distintos equipos que quieren darlo todo hasta el final para poder jugar el año que viene en la Liga Santander. Con el Granada favorito en terminar segundo, la otra plaza que da el ascenso directo, el tráfico para asegurarse los playoffs, la manera alternativa de subir a Primera, es cada vez más intenso. Entre los equipos que luchan para una plaza en lo más alto, está el Málaga, que quiere volver a recuperar la categoría después de haber bajado el año pasado tras un campeonato muy decepcionante.
El equipo entrenado por Juan Ramón López Muñiz se enfrentará el sábado que viene al Reus, colista con 0 puntos, para seguir sumando puntos necesarios a quedarse en la zona play off. Quinto en este momento, el conjunto andaluz tiene una ocasión importante para subir a 65 puntos y tratar de superar al Real Mallorca, cuarto, y sobre todo poner tierra de por medio con el Deportivo La Coruña, séptimo con solamente un punto menos. El conjunto gallego, uno de los históricos de Primera, es el gran tapado de esta carrera final hacia los cuatro lugares que permiten jugarse todo en el torneo de cuatro equipos que otorga la promoción.
El partido de Reus será un mero trámite para el Málaga, las apuestas le otorgan una ventaja cómoda para llevarse los tres puntos y seguir en su momento positivo tras haber cosechado 4 puntos de 6 en los últimos dos partidos. Los boquerones confiarán en la tendencia positiva de cara al gol de su delantero centro Adrián González, su mejor artillero de la temporada con 9 goles anotados de 42. Sin embargo, el partido del próximo sábado será solamente un trampolín para poder dar el salto definitivo hacia la promoción, un objetivo del club que sin embargo parece difícil de alcanzar vistos los rivales en competición.
El conjunto blanquiazul viene de una victoria importante en casa contra el Oviedo en la que ni tan siquiera la expulsión de Keidi Bare en el minuto 30 ha podido frenar a los boquerones, que se han aprovechado del impulso y del apoyo del público de casa para poder ganar de forma contundente. De hecho la Rosaleda será clave en este acelerón final, con los partidos contra el Real Zaragoza y el Elche que los hombres de Muñiz tendrán que ganar sí o sí si quieren aspirar a volver a Primera División en el primer intento.