Dependiendo de la zona geográfica, las personas estamos expuestas a los cambios estacionales hasta cuatro veces al año. Aunque aún no exista una evidencia científica determinante al respecto, hay muchos estudios que indican que los cambios estacionales están directamente implicados en la aparición de una serie de síntomas psicológicos y emocionales que aparecen en las personas, como por ejemplo ansiedad, depresión, cansancio, etc. La psicóloga María José Polo, del gabinete malagueño PsicoAbreu nos aclara en este artículo todos los aspectos a tener en cuenta ante la aparición de la llamada «astenia primaveral»
La astenia primaveral
Según las estadísticas, una de cada diez personas va a desarrollar problemas de adaptación al cambio estacional que supone la llegada de la primavera, sufriendo lo que se conoce como astenia primaveral.
Síntomas de la astenia primaveral:
- Cansancio y agotamiento sin una causa que lo justifique.
- Tristeza y síntomas de depresión, sin causa aparente.
- Irritabilidad por cosas que antes no causaban tal emoción.
- Falta de apetito.
- Disfunciones en la líbido o el deseo sexual.
- Ansiedad
- Problemas de sueño y dificultades en la concentración.
Algunos expertos señalan que el cambio de hora que se produce al inicio de la primavera implica que nos tengamos que adaptar de forma brusca al aumento de las horas de luz solar; este cambio debería darse de forma paulatina para que nuestro cerebro pudiera adaptarse sin que se produjeran alteraciones significativas dando lugar a los síntomas anteriormente mencionados.
La explicación científica nos la señala María José Polo, psicóloga especialista del gabinete Psicólogos Málaga PsicoAbreu, y es que gran parte de la importancia reside en la llamada “hormona de la felicidad”o serotonina; la exposición en menor o mayor medida a la luz solar hace que nuestros niveles de serotonina aumenten o disminuyan. La serotonina es la hormona encargada de regular el sueño, el apetito o el estrés entre otras cosas; además, si se mantiene en unos niveles adecuados nos produce una sensación de estabilidad y bienestar.
Si los síntomas se mantuvieran más allá de unos días, esta alteración podría volverse crónica. Quizás sería el momento de plantearse que el problema podría deberse a otro motivo y no únicamente al cambio de estación, por lo que sería adecuado consultarlo con un psicólogo especialista.
Pautas para combatir la astenia primaveral
Llevar una dieta rica en triptófano (precursor de la serotonina) y en diferentes vitaminas; para ello debemos incluir frutas y verduras crudas, frutos secos, pescado y mariscos, así como una dosis equilibrada de productos lácteos.
Sustituir el café por infusiones o té verde con el fin de estimular la vitalidad y reducir el estrés.
Realizar cualquier tipo de actividad física al aire libre, caminar, bicicleta, yoga, etc. El ejercicio nos ayuda a liberar endorfinas para sentirnos más activos y alegres.
Respetar las horas de sueño ya que el cuerpo necesita descansar y recuperar su energía para poderla consumir durante el día.
Mantenerse hidratados es clave para recuperar la vitalidad. Se debe consumir agua suficiente según nuestro peso y actividad física.
Tratar de realizar actividades que nos resulten agradables y placenteras.
