El 96% de la dieta mundial está compuesta por unas 30 especies vegetales, mientras que la lista de plantas comestibles ronda entre las 27.000 y las 65.000 especies
El centro de innovación social La Noria (Arroyo de los Ángeles, 50) de la Diputación de Málaga clausura el proyecto ‘Cultivando futuro: Plantas Multifuncionales’ desarrollado por la entidad social Ecoherencia.
Una iniciativa cuyo objetivo es fomentar estas especies de plantas consideradas ‘malas hierbas’ como recurso y estrategia de lucha contra el cambio climático. EL proyecto se enmarca en el convenio de colaboración entre la Diputación de Málaga y la Obra Social ‘la Caixa’.
Las ‘PlaM’ (plantas multifuncionales) son plantas comestibles de fácil cultivo que sirven de apoyo en el huerto, para la recuperación de espacios degradados y son medicinales. Se estima que el 96% de la dieta mundial está compuesta por unas 30 especies vegetales diferentes. Sin embargo, diversos estudios afirman que la lista de plantas comestibles en el planeta puede rondar entre las 27.000 y las 65.000 especies.
Ecoherencia junto a La Noria trabaja en un cambio de paradigma que las considere como una fuente de recursos de fácil acceso y mantenimiento, ya que fomentan la sostenibilidad ambiental, la economía circular y la soberanía alimentaria debido a su gran capacidad de adaptación a las condiciones climáticas locales.
Las actuaciones llevadas a cabo por el proyecto han consistido en un curso de formación online y talleres de plantas multifuncionales para jóvenes y adultos de las que se han beneficiado más de 300 participantes. Además, Ecoherencia ha desarrollado ensayos de productividad de plantas multifuncionales y asociación de cultivos en la huerta de La Noria, donde han trabajado principalmente con seis especies vegetales.
Las previsiones de los efectos del cambio climático planteadas para Málaga estiman una severa disminución de la cantidad de lluvia y un aumento de las temperaturas. Frente a este escenario, los cultivos actuales serán extremadamente vulnerables a las plagas, enfermedades y a la disponibilidad del agua.
La región mediterránea cuenta con un amplio abanico de especies vegetales multifuncionales como la ortiga, la malva, la caléndula, el ajo social o el aloe, entre otras; plantas con muy bajos requerimientos, numerosas aplicaciones y, además, comestibles. Actualmente, muchas de ellas están consideradas ‘malas hierbas’ que hay que eliminar a través de productos fitosanitarios que afectan negativamente al entorno.
La diputada de Igualdad e Innovación Social, Lourdes Burgos, ha explicado la necesidad de buscar y promover nuevas alternativas y recursos que favorezcan el bienestar de la sociedad. “Las zonas rurales de la provincia juegan un papel esencial para asegurar la producción de alimentos, por lo que favoreciendo la permanencia de jóvenes en las zonas rurales y desarrollando nuevos cultivos adaptados a las futuras condiciones climáticas aseguraremos la soberanía alimentaria de la provincia”, ha declarado Burgos.