La sociedad de la prisa, corre para no dejarse atrapar por
los problemas.Esta prisa, es imprescindible para mantener
la caldera del sistema en marcha, aunque cada vez, da
mayores signos de estar a punto de estallar.
En una dimensión psicológica, corremos por lo mismo de
siempre:para escapar del dolor y de la muerte.Pero ¡ay,
el dolor es un corredor de fondo!. La gran diferencia es,
que la tecnología nos ha permitido multiplicar de forma
exponencial nuestra prisa, hasta alcanzar velocidades de
vértigo; una tecnología que, por cierto, solo se ha ocupado
de encontrar la manera de acelerar, olvidándose de los
mecanismos de frenado.