El propósito de este artículo es proporcionar estrategias sobre cómo comunicarse de manera efectiva sin juzgar a la otra persona. En este sentido, un pionero fue el psicólogo Rogers, quien dijo que la comunicación efectiva se caracteriza por ciertos elementos que incluyen la confianza, la aceptación del otro y la empatía.
Teniendo en cuenta que la comunicación no es solo la simple transferencia de información de una persona a otra, la empatía juega un papel fundamental. En este sentido, la comunicación efectiva se puede definir como el intercambio de ideas que tiene lugar en un clima de reciprocidad: para que esto sea posible es necesario tener en cuenta los factores que hacen que una comunicación sea efectiva:
- Conciencia de la propia identidad en relación con el interlocutor.
- Corrección e integridad del contenido.
- Congruencia entre aspectos verbales y analógicos.
- Uso correcto del canal utilizado.
- Uso apropiado del contexto.
- Relevancia del objetivo.
- Eficacia del estilo adoptado.
A partir de los factores que influyen en la comunicación, es posible identificar algunas estrategias para una comunicación efectiva que se pueden dividir en «reglas de cooperación» y «reglas de cortesía».
Reglas de cooperación
- cantidad – ser exhaustivo, dando suficiente información para que los participantes la entiendan;
- calidad – sé sincero y haz creíble lo que dices;
- informe: sea relevante y permanezca en el tema que está tratando;
- Manera: sea perspicua y use un lenguaje simple, conciso y claro.
Reglas de cortesía
- No te impongas – No conduzcas a una posición de superioridad, omnipotencia, portadora de verdad y certeza;
- ofrecer alternativas – dejar la posibilidad de elegir;
- ponga a su interlocutor a gusto – No cree incomodidad, tensión, vergüenza
- respete las diferencias de género, edad, clase social, extracción y raza: use un lenguaje apropiado para las personas
- Evitar las descalificaciones.
Aprende a escuchar para comunicarse de manera efectiva
Además de la comunicación en un sentido expresivo, hay otro aspecto que contribuye a definir la efectividad de una comunicación y que concierne al destinatario del mensaje; Este elemento es la escucha que debe estar activa. La escucha se da por la capacidad de comprender una perspectiva diferente de la propia, de considerar las características de la otra y los atributos de su rol, para tener en cuenta su perspectiva durante la interacción. La escucha activa nos invita a dejar de lado las necesidades personales, a gobernar los impulsos y los temperamentos. Escuchar activamente significa evitar demasiadas interrupciones, adiciones, comentarios, distracciones, preguntas irrelevantes, juicios o descalificaciones.
Escuchar no es algo que debamos hacer sin más, a veces escuchamos para responder independientemente del mensaje recibido; Por eso es importante poder escuchar: es apropiado tener algo que decir que pueda interesar al oyente, gobernar ciertos elementos del contexto, estimular la receptividad del receptor del mensaje, obtener un consentimiento informado y expresarse de manera agradable.
Antes de eso, es importante saber cómo captar la atención de otros y también cómo mantenerlos con vida: para hacer esto, el orador puede recurrir a algunos movimientos preliminares, enviando mensajes de anticipación, como aviso al mensaje principal, coméntalo o encuéntralo en un marco interpretativo:
«Voy a decirte algo importante y me gustaría que me escucharas»;
Negocie el tipo de escucha para aclarar la disponibilidad, las expectativas y los roles recíprocos:
«Usted quiere escucharme sin …».
Resumir para verificar
Finalmente, es importante usar estrategias para verificar si el otro ha entendido:
- reformulación: decir con tus propias palabras lo que se escuchó.
- redefinición: reformulación que permite mitigar la fuerza negativa o exagerada de un término o concepto (problema / pregunta; maravilloso / interesante)
- síntesis: una reformulación que captura lo esencial de lo que se ha escuchado y elimina lo que es marginal (la esencia de la historia es …)
- extensión: expandir o generalizar lo que se ha escuchado, referirlo a otro contexto (lo que dices también es cierto … otro lugar, más tiempo, otras personas)
7 reglas para la escucha activa
Para resumir, propongo 7 reglas para la escucha activa:
- No tengas prisa por llegar a conclusiones.
- Reconoce tu punto de vista
- Para entender lo que otro está diciendo, pídale que lo ayude a entender su perspectiva.
- Usa tus propias emociones y las de los demás.
- Adopte una actitud exploratoria, flexible, que capte los signos que parecen ser insignificantes e irritantes, incongruentes con las certezas de uno.
- Aceptar las paradojas del pensamiento y la comunicación, abordar los desacuerdos según sea necesario
Carlos Casaleiz
Hilera 8, Málaga