La compañía La Líquida llega al Teatro Cánovas de Málaga con ‘¡Oh, Vino!’, la historia de Dionisos-Baco dios común del vino y del teatro, también dios de la risa y la libertad. Esta obra, dirigida e interpretada por David García-Intriago, estará en cartelera este jueves, 28 de febrero, y en marzo los días 1, 7, 8, 14, 15, 21, 22, 28 y 29.
Este espectáculo sumerge al espectador en un viaje desde el Neolítico hasta la próxima fiesta que vaya a asistir. Un viaje divertido y ancestral. «El humor ha sido desde siempre el mejor aliado para contar todo lo que es importante contar», han sostenido desde el Cánovas en un comunicado.
‘¡Oh, Vino!’ es la propia historia del hombre. Razón de ser de mitos transformados y dioses mucho más antiguos que protegen la risa desde el principio de los tiempos. «Es la historia de cómo hemos llegado a ser humanos gracias a una bebida mágica que nos proporcionó alegría, alimento y religiosidad. Es descubrir gracias al vino el por qué somos lo que somos, por qué bebemos lo que bebemos y por qué celebramos lo que celebramos», han señalado.
Con un estilo propio David García-Intriago funda La Líquida para dar forma a proyectos muy personales caracterizados por un meticuloso proceso de investigación escénica, interpretativa y textual.
El trabajo de La Líquida se caracteriza por la creación de espectáculos contemporáneos llenos de humor en búsqueda constante de una realidad teatral en continua evolución. Puestas en escena puras, íntimas, emocionantes y de gran belleza plástica y poética son los puntos de partida de esta compañía.
Una compañía basada en la capacidad de adaptación y transformación que desde siempre han tenido los cómicos frente a su oficio. Desde el principio de los tiempos los chamanes, los hypokrites griegos, los actores pantomímicos latinos, los bufones medievales, los propios juglares, los zannis de la Commedia dell’arte transformados en pícaros para mayor gloria del Siglo de Oro se han valido de la desnudez pura de la palabra y del dominio de su oficio para contar historias. Y todos han sido cómicos líquidos sin saberlo desde el mismo instante que se enfrentaban a su propio arte.