El Archivo Histórico Provincial dedica su Documento del Mes a la Cueva de Nerja que conmemora este enero el 60 aniversario de su descubrimiento por cinco jóvenes, de entre 13 y 21 años, de Maro y Nerja cuando buscaban murciélagos en una caverna.
Tras su descubrimiento y difusión, las autoridades tomaron rápidamente conciencia de su importancia científica, y también turística. El 12 de junio de 1960, se inaugura oficialmente la Cueva de Nerja, con la organización en su interior de un festival de Ballet Clásico.
Desde su apertura, cerca de 20 millones de personas la han visitado, convirtiéndose en uno de los principales reclamos turísticos de la provincia, según han señalado desde el Gobierno andaluz a través de un comunicado.
La delegada de Cultura de la Junta, Monsalud Bautista, ha presentado este martes, junto a la subdelegada del Gobierno y presidenta de la Fundación Cueva de Nerja, María Gámez, esta nueva muestra con la que el Archivo Histórico Provincial rinde homenaje a la Cueva de Nerja y este 60 aniversario. En el acto ha participado también la directora del Archivo, Esther Cruces.
Entre los documentos que componen esta muestra se encuentran un oficio del alcalde de la localidad, fechado en mayo de 1959, informando el gobernador civil sobre el acuerdo de prohibir la entrada a la cueva hasta su estudio científico, artículos periodísticos informando del hallazgo, y solicitud del Ayuntamiento al Banco de Crédito Local, en 1963, de un préstamo de nueve millones de pesetas para desarrollo de zonas turísticas.
Asimismo, contempla un folleto de la Cueva en 1962, fotografías, presupuestos, expediente de excavación arqueológica o los Estatutos de su Patronato de 1960, así como información sobre el descubrimiento de la cueva, sus valores y descripción.
Bautista ha puesto de relieve la trascendencia de la localización de la cueva, lo que ha supuesto para el municipio y la provincia, su importancia a nivel turístico y, sobre todo, a nivel internacional el carácter científico de este hallazgo arqueológico.
Asimismo, ha reseñado las actuaciones que se están haciendo desde la Fundación, «que no solo van encaminadas al turismo y la imagen de la Cueva y el municipio sino, sobre todo, a la conservación, la investigación, el refuerzo del marchamo de calidad, la labor estudiosa y todos los pasos que se siguen dando por actualizar e ir más allá en lo que hoy conocemos de la cueva y seguir ahondando en los descubrimientos en la misma».
Por su parte, Gámez ha agradecido la labor del Archivo y de la Delegación de Cultura, significando que los contenidos de este Documento del Mes traen a la memoria lo que sucedió hace 60 años, «ese momento tan emotivo del descubrimiento de la Cueva de Nerja y nos recuerdan que desde esos primeros momentos había ya una preocupación por su conservación, que se ha ido acentuando hasta el día de hoy», ha señalado.
«Lo importante no es conservar para mostrarla sino que somos conscientes de que tenemos un legado que debemos trasmitir a las generaciones futuras, cuidarla para que medioambientalmente, arqueológicamente, se preserve lo mejor posible», ha manifestado la subdelegada.
En cuanto a la repercusión turística, Gámez ha destacado que la Cueva de Nerja «es el segundo monumento más visitado de la provincia, tras el Museo Picasso», precisando que en 2018 recibió 450.000 visitantes, «lo que evidencia el éxito del monumento que, además, es muy agradecido porque te va desvelando y aportando nuevos hallazgos».
Así, ha indicado que «todavía está por descubrir una parte del cueva, tenemos por delante hallazgos por descubrir, es muy importante la tarea científica que se desarrolla en su interior y que queremos potenciar, el cuidado de la Cueva y las investigaciones para que nos siga dando sorpresas».
IMPORTANCIA DE LA CUEVA DE NERJA
La Cueva de Nerja posee gran importancia a nivel arqueológico, pues alberga restos de ocupación humana durante 40.000 años, según los últimos estudios, aunque en continua revisión; abarcando una amplia extensión cronológico-cultural, desde el Paleolítico Superior hasta la Edad del Bronce (II milenio a/C).
Las intervenciones arqueológicas se han articulado en dos líneas, la excavación arqueológica propiamente dicha y la documentación del arte rupestre prehistórico. Los espacios interiores de la cavidad han sido frecuentados y utilizados durante buena parte de la Prehistoria con fines distintos: habitación, visitas, exploraciones, «rituales» o simbólico enterramiento, etcétera.
El estudio arqueológico de la cueva ha puesto de manifiesto el paso de las distintas poblaciones y la evolución de las sociedades de las que formaban parte, desde la recolectora-cazadora hasta la agrícola-ganadera, pasando por los avances tecnológicos, y las modificaciones en las estructuras sociales de los grupos humanos.
La cueva cuenta con un rico patrimonio de arte rupestre: manifestaciones pictóricas con motivos zoomórficos de équidos, cérvidos, cápridos, pisciformes; pintura esquemática antropoforma; grabados esquemáticos; centenas de signos o ideomorfos en negro y rojo con distintas formas; y varios miles de evidencias de pigmentación directa de trazos y manchas informes sobre los espeleotemas.
A este conjunto de representaciones rupestres habría que sumar el repertorio de arte mueble, ejecutado sobre soportes pétreos y óseos, en los que se muestran trazos o manchas informes de color rojo.
Catalogada como Lugar de Interés Geológico de Relevancia Internacional, la Cueva de Nerja ofrece, además, un paisaje subterráneo de gran belleza. Comienza a formarse hace unos cinco millones de años por un proceso denominado karstificación: la infiltración del agua de lluvia en el macizo rocoso, a través de las fisuras, junto al dióxido de carbono suministrado por las plantas y la atmósfera, disuelve los mármoles originando diferentes tipo de conductos y huecos. Al progresar este proceso se genera una gran cavidad en la que comienzan a formarse los espeleotemas.
La cueva se considera un «museo de espeleotemas», por la abundancia, variedad y espectacularidad de formaciones que alberga: estalactitas, estalagmitas, columnas, macarrones, piñas, discos, banderas, perlas de las cavernas, nubes, conos de las cavernas, calcita flotante, anillos, antiestalagmitas o leche de luna, etcétera.