No siempre tenemos una relación plácida con los padres,
pero casi todos, recordamos a un abuelo o abuela que fue
fundamental para nuestra formación emocional.Liberados
de la disciplina que tienen que aplicar los padres a los hijos,
los abuelos, son maestros de vida que con sus consejos, nos
han ayudado a construir lo que somos. Nos regalan su sentido
común, la perspectiva que han ganado con los años, y el arte
de reírse las pequeñas desgracias.También son buenos
narradores de historias que despiertan nuestra imaginación.
Desde un punto de vista antropológico, los abuelos juegan
el papel del anciano gurú en las antiguas tribus: aquella
mujer u hombre sabio, al cual todos pedían consejo cuando
se encontraban ante cualquier dificultad. En la sociedad
griega que describe Homero en la Odisea y la Iliada, antes
de entrar en guerra los hombres del poblado, iban a
consultar siempre al más viejo, por su experiencia,pues les
podía dar una visión sensata y no contaminada por la
pasión. Merece la pena recordar las conversaciones que
tuvimos con nuestros abuelos, o incluso frecuentar el
trato con personas mayores, que pueden darnos una
visión serena y desenfadada de los hechos de la vida.