Hace un tiempo, que me he divorciado de la amargura,
de la tristeza, de la envidia y el egoísmo, de los
rencores, de las modas caras, y de pensar mal de
los otros…
Me he divorciado de la soledad, de la ignorancia
espiritual, de la hipocresía, y la falta de sensibilidad,
de la arrogancia, y de todo lo negativo que pueda
privarme de ser feliz y honesto conmigo.
Este divorcio, me sirve para aceptarme tal y como
soy, con mi físico y manera de ser…
Es mucho mejor, aprender del pasado, que quejarse
de lo sucedido, ¡pues el pasado pasado está!!.