Estas dos palabras, nos sirven para llegar a una conclusión
importante: por mucho que deseemos la calma, siempre
«pasan cosas» que nos arrancan, de nuestra zona de confort:
la gente se enfada, huye, regresa, enferma,crea problemas,
se confunde y nos confunde…
A nuestro alrededor, siempre pasarán cosas y no siempre
agradables, eso no lo podemos elegir. Lo que si podemos
elegir, es el estado mental con el que las afrontamos.
Si cambiamos la angustia y la preocupación por la serenidad
y la distancia, -lo bueno de las cosas que pasan es, también
que terminan pasando de largo-,y nuestro día a día será
más llevadero.
Aunque pasen cosas que no nos gusten, es tranquilizador
tomar conciencia de que » esto también pasará».