Málaga Ahora presenta un extenso informe en el que demuestra que Gestión Cultural y Comunicación, empresa de Fernando Francés, actual director del museo, no ha cumplido en ninguno de los ámbitos que establecía su oferta y el contrato firmado con el Ayuntamiento en 2007.
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El CAC ha beneficiado sistemáticamente a proveedores, galerías y artistas de su entorno personal o incluso a empresas de su propiedad.
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Mañana vence el plazo de presentación para que nuevas empresas puedan optar a la gestión durante los próximos años, aunque antes de que el pliego de condiciones se hiciera público el propio Francés ya conocía su contenido, algo ilegal.
Una vez al año debía reunirse la llamada Comisión de Seguimiento, integrada por el propio alcalde, en calidad de presidente, además de otros miembros del equipo de gobierno, para certificar que la explotación del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC) se estaba llevando de acuerdo al contrato. Que esa Comisión solo haya celebrado cinco sesiones desde 2007, ninguna en los últimos cuatro años, explica las continuas irregularidades en las que ha incurrido la empresa Gestión Cultural y Comunicación, cuyo titular, Fernando Francés, ejerce como actual director del CAC.
Ysabel Torralbo, portavoz en el Ayuntamiento de Málaga Ahora, ha relatado hoy en rueda de prensa las continuas dificultades que su grupo ha tenido para acceder a toda la información que rodea la polémica gestión del CAC, «mucha de la cual hemos tenido que solicitar a través de la Comisión de Transparencia del Ayuntamiento». El resultado de ese análisis ha quedado plasmado en un informe(CAC: una década de irregularidades), que la propia Torralbo ha presentado «y en el que analizamos cada ámbito recogido en el contrato para constatar importantes incumplimientos en todos ellos».
Eventos en la campaña del PP y Ciudadanos
Torralbo ha señalado que, en lo referido al apartado de actividades culturales, solo se han realizado un 13% de las estipuladas según contrato. No solo eso, sino que buena parte de ellas ni siquiera correspondían al museo. De esa manera, se han contabilizado hasta 104 cuentacuentos y 144 presentaciones de libros de otra empresa, Agapea, que gestiona la librería del CAC. Por ende, cerca de 400 actividades no están relacionadas con el objeto del contrato (exposiciones, biblioteca especializada, seminarios, cursos, talleres, conferencias, etc.). Así, Torralbo ha referido «actividades de Ciudadanos y del Partido Popular en plena campaña electoral de 2015». También, como recoge el informe, reuniones de la Asociación de divorciados y separados, de diversos colegios privados, de «emprendedores», de la Clínica Gálvez, entre otras muchas, así como cursos de personal shopper, por ejemplo.
Obras compradas a sus propias empresas
El apartado de adquisición de obras también ocupa varias páginas del informe, ya que, como demuestra, «las colecciones cedidas temporalmente suman 129 obras, cuando la oferta era de 10.381». Con todo, lo más sorprendente es el detalle con el que el informe prueba la constante adquisición de obras a galerías, proveedores o artistas con los que el proprio Fernando Francés tiene claros vínculos personales, desde su pareja a su hijo, o incluso algunas empresas de su propiedad, todo lo cual asciende a casi 500.000 euros. Más allá de la supuesta legalidad de esta práctica habitual, «se trata de una violación directa del Código deontológico del Consejo Internacional de Museos (ICOM), suscrito por el CAC». Muchas de esas prácticas fueron ya notificadas recientemente por Málaga Ahora al ICOM, como ha revelado Torralbo.
De ese modo, se entiende también que, en lo referido a exposiciones, la puntuación oficial que suman los artistas expuestos sea de 1.857 puntos, en lugar de los 2.064 comprometidos. En cuanto a la biblioteca especializada del CAC, que debía reunir un mínimo de 10.000 ejemplares, el informe notifica que apenas se han rebasado los 7.600.
Información privilegiada
La polémica ha rodeado desde el inicio la gestión de Fernando Francés, que en estos momentos tiene un proceso abierto por agresión física a una artista. Algunas de esas polémicas, como los mosaicos que encargó instalar al artista callejero Invader en edificios de protección oficial en mayo 2017, son bien conocidas. A juicio de Torralbo, no obstante, lo más grave es «el continuo cruce entre sus negocios privados y el CAC, que es una entidad municipal».
Las declaraciones del pasado mes de septiembre de Fernando Francés en un periódico local a propósito del próximo pliego de condiciones para renovar la gestión del CAC tampoco han pasado desapercibidas a Torralbo. En esas declaraciones, Francés cuestionaba algunos aspectos de ese pliego, que supuestamente no era público. «Ni siquiera nuestro grupo había podido consultarlo, pese las reiteradas peticiones». Para la portavoz, está claro que, «por la vía que fuera, filtraciones o reuniones de cualquier tipo, Francés dio a conocer que tenía información privilegiada». De esa manera, su oferta podría haberse adaptado con mucha mayor facilidad a las condiciones del nuevo pliego. Mañana mismo, de hecho, vence el plazo para que otras empresas opten a la gestión del CAC durante los próximos años.
Torralbo ha recordado que la ley de contratos permite sancionar todos los incumplimientos, «lo que además debería puntuar negativamente a la hora de optar a una renovación de contrato».